Sin plantar un solo grano, Suiza domina el mercado mundial del café y se beneficia de miles de millones de granos brasileños. Mientras Brasil lidera la producción, Suiza ofrece lujo y conveniencia, vendiendo cápsulas que cuestan hasta 10 veces más que el producto crudo. Una relación desigual que deja a miles de millones fuera del alcance de Brasil.
Mientras Brasil cosecha millones de sacos de café cada año, Suiza convierte estos granos en oro.
Sin plantar un solo cafeto, el país europeo lidera la exportación de productos cafetaleros, generando miles de millones en ingresos.
Esta disparidad pone de relieve un modelo económico en el que el trabajo agrícola y la riqueza natural brasileña se utilizan para aumentar los márgenes de ganancia suizos.
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Los datos del mercado muestran que Suiza, cuando compra granos de café crudos de países como Brasil, procesa y vende productos de alto valor añadido, como las cápsulas de café.
Esta estrategia no sólo asegura ganancias exorbitantes, sino que también consolida al país como líder en un mercado que genera miles de millones anualmente.
Brasil: líder en producción, pero no en ganancias
Brasil, el mayor productor de café del mundo, exportó alrededor 2,3 millones de toneladas de granos sin tostar en 2020, según encuestas de la industria.
Estas cifras confirman el liderazgo mundial en producción de Brasil, seguido de Vietnam, Colombia, Indonesia y Honduras.
Apesar de eso, Los granos crudos representan el 83% del comercio mundial de café en peso, pero sólo el 59% en valor.
Esta diferencia es un reflejo directo de la falta de valor agregado en Brasil. El país se especializa en el suministro de materias primas, mientras que naciones como Suíça dominan el procesamiento, la marca y el marketing.
Cómo domina Suiza el mercado del café
Suiza es conocida mundialmente por sus marcas sofisticadas y su innovación en el mercado del café, especialmente a través de productos como las cápsulas Nespresso.
Según Fernanda Iorio, directora general de FCI Consulting Export, El café encapsulado puede costar hasta 10 veces más que los granos crudos exportados por Brasil.
Este modelo demuestra cómo el valor de un producto se amplifica cuando se transforma y se vende bajo marcas reconocidas mundialmente.
Las empresas suizas importan los mejores granos, muchos de ellos brasileños, y utilizan procesos industriales avanzados para producir café tostado, molido y encapsulado.
La asociación con calidad y exclusividad permite a estas empresas cobrar precios elevados, garantizando importantes márgenes de beneficio.
El “cinturón de cereales” y la falta de acceso a los mercados
Los mayores productores de café se encuentran en el llamado “cinturón del frijol”, una región que se extiende entre los trópicos de Cáncer y Capricornio.
Este clima tropical es ideal para el cultivo de café, pero los países de esta zona enfrentan desafíos al competir en la cadena de valor global.
Los mayores exportadores de café procesado, como Suiza, Alemania e Italia, se encuentran fuera de este cinturón.
Si bien no cuentan con condiciones naturales para su cultivo, se destacan por su infraestructura industrial y experiencia en agregar valor a los productos.
Los desafíos de Brasil para agregar valor
Los expertos destacan que Brasil enfrenta importantes barreras para replicar el modelo suizo. Entre los principales desafíos se encuentran:
- Mala infraestructura: La logística del transporte interno aumenta los costes de producción.
- Falta de incentivos para la industrialización: Las políticas públicas orientadas a la exportación de materias primas no favorecen el desarrollo de productos terminados.
- Alta carga fiscal: Los altos impuestos reducen la competitividad de los productos industrializados brasileños en el mercado global.
Pese a estas dificultades, hay ejemplos de empresas brasileñas que están comenzando a explorar nichos de mercado con productos como cafés gourmet y cápsulas nacionales.
Suiza: un ejemplo de estrategia económica
Suiza es un caso emblemático de cómo agregar valor puede transformar un mercado. Sin tierras agrícolas para el café, el país invirtió en innovación, marcas y tecnología.
Marcas como Nespresso son símbolos de este éxito, haciendo del café suizo una referencia mundial.
Según estudios de mercado, la exportación de café procesado genera a Suiza miles de millones de dólares al año.
La estrategia de centrarse en productos listos para el consumo, asociada al marketing de lujo, garantiza al país europeo una posición privilegiada en el mercado global.
Reflexiones sobre el futuro del café brasileño
La disparidad entre Brasil y Suiza en el mercado del café plantea cuestiones importantes. ¿Por qué el mayor productor del mundo no domina también el segmento de productos acabados?
¿Cómo puede el país posicionarse más estratégicamente en el mercado global?
Una posible respuesta radica en la necesidad de políticas públicas que fomenten la industrialización y la inversión en innovación tecnológica.
Brasil, con su diversidad de sabores y su liderazgo en producción, tiene potencial para competir por espacio en el mercado de lujo y conveniencia.
Sin embargo, el camino para equilibrar la balanza económica será largo. Mientras tanto, Suiza seguirá ganando miles de millones del café brasileño, dejando a Brasil desempeñando el papel de proveedor de materias primas.
¿Podrá algún día Brasil revertir este escenario y alcanzar las ganancias multimillonarias que Suiza obtiene de su café?
El café es uno de los mejores ejemplos de cómo nos equivocamos al exportar simplemente “Commodities”, en lugar de industrializarlo y darle valor agregado al producto. Esto ha estado sucediendo durante más de 2 siglos.