Un estudio reciente reaviva el debate sobre el trabajo remoto al cuestionar su efectividad real. Los resultados desafían a empleadores y empleados a reevaluar los impactos de este modelo en el desempeño, la colaboración y la productividad a lo largo del tiempo.
Durante mucho tiempo, el trabajo remoto Fue visto como la solución perfecta para una vida más equilibrada. Sin tráfico, más tiempo para la familia y una rutina más flexible, parecía que todos salían ganando. Pero esta visión empezó a ser cuestionada.
Con las empresas presionando para volver a oficinaSurgieron debates sobre la productividad, la justicia e incluso la desigualdad. Ahora, un nuevo estudio realizado por universidades británicas aporta respuestas que podrían cambiar el curso de este conversación.
En los últimos años, los líderes empresariales han planteado un punto importante: ¿El trabajo remoto sólo beneficia a algunos empleados?
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Según nombres como Elon Musk, la respuesta es sí. Para ellos, trabajar desde casa crea una división injusta.
Mientras que los profesionales del área corporativa trabajan cómodamente desde casa, otros necesitan estar físicamente presentes todos los días.
Pero esta crítica perdió fuerza con los resultados del estudio realizado por tres instituciones británicas: la Universidad de Nottingham, la Universidad de Sheffield y el King's College de Londres.
La investigación analizó los ingresos de los trabajadores remotos desde el inicio de la pandemia y arrojó un descubrimiento interesante.
Sí, quienes trabajan remotamente tienden a ganar más. Sin embargo, esto no tiene relación directa con el hecho de que estés trabajando desde casa. La razón principal es otra: la cualificación profesional.
Los salarios más altos están vinculados al rol desempeñado y al nivel de especialización del profesional.
En otras palabras, el trabajo remoto, en sí mismo, no genera desigualdad de ingresos. La diferencia de ingresos ya existía antes y sigue estando ligada a factores como la educación y el puesto desempeñado.
La investigación también reveló otro dato importante: el modelo de trabajo —remoto, híbrido o presencial— no influye significativamente en la diferencia salarial entre grupos de empleados.
Crítica debilitada al trabajo remoto
Con estos resultados, el argumento de que el teletrabajo aumenta la desigualdad en el ámbito laboral pierde fuerza.
El estudio sugiere que las empresas deben ser más cautelosas al utilizar esta justificación para forzar el regreso a la oficina.
En lugar de reforzar la idea de injusticia, es necesario comprender los verdaderos impactos y motivaciones detrás del trabajo remoto.
La desigualdad, al parecer, está más relacionada con la estructura del mercado de trabajo que con el lugar donde se realiza.
¿Qué hace que valga la pena trabajar de forma remota?
Incluso sin aumentos salariales directos, muchas personas todavía prefieren trabajar desde casa.
Para entender por qué, los investigadores también analizaron las percepciones de los trabajadores sobre los beneficios de este modelo.
El resultado demuestra que los profesionales valoran algo más que el dinero. Los horarios flexibles, la comodidad y la autonomía pesan mucho en la balanza.
Menos dinero, más calidad de vida
Un dato interesante del estudio es que los trabajadores afirmaron que aceptarían una reducción salarial promedio del 8,2% a cambio de la posibilidad de trabajar desde casa dos o tres días a la semana.
Este acuerdo demuestra que, para muchos, la libertad de organizar su propio tiempo es más valiosa que un aumento de salario.
Poder recoger a tus hijos del colegio, cocinar en casa o simplemente evitar el tráfico son ventajas que marcan la diferencia.
Además, trabajar desde casa tiende a ser menos estresante. El ambiente más relajado, sin la presión constante de la oficina, permite que el empleado se sienta más a gusto.
Puedes vestirte de manera informal, crear tu propia rutina y, al hacerlo, mejorar la productividad sin comprometer tu bienestar.
¿Y qué deben hacer las empresas?
Ante estos datos surge una nueva pregunta: ¿tiene sentido utilizar el argumento de la desigualdad para acabar con el teletrabajo?
Para los autores del estudio, la respuesta es no. Utilizar este discurso como justificación puede ser, como mínimo, engañoso.
Si la intención es que los empleados regresen a la oficina, tal vez sea momento de repensar su estrategia. En lugar de imponer un retorno obligatorio, las empresas podrían centrarse en incentivos que hagan más atractivo el entorno presencial.
Alternativas más inteligentes
Entre las opciones sugeridas por los investigadores están:
- Aumentar los salarios de los que trabajan presencialmente;
- Ofrecer beneficios adicionales, como restaurantes, gimnasios o áreas de descanso en el lugar;
- Crear modelos híbridos flexibles, permitiendo a los empleados elegir determinados días para trabajar desde casa.
Estas medidas pueden ayudar a mantener el compromiso y la productividad sin causar interrupciones innecesarias a los empleados que valoran la flexibilidad.
¿Qué esperar del futuro del trabajo?
El escenario actual todavía es de transición. La pandemia ha obligado a realizar cambios rápidos y ahora muchas empresas están tratando de encontrar la mejor manera de avanzar.
El estudio realizado en Reino Unido deja un mensaje claro: el trabajo remoto no es el villano que muchos imaginaban.
No aumenta la desigualdad salarial y, en muchos casos, promueve ganancias no financieras que son muy valoradas por los trabajadores.
La presión de regresar a la oficina totalmente sin ofrecer beneficios reales podría ahuyentar el talento y crear descontento.
Las empresas que comprenden los nuevos deseos de sus empleados (autonomía, equilibrio y bienestar) tienen más probabilidades de prosperar en el lugar de trabajo del futuro.
La decisión de dónde trabajar puede no ser sólo una cuestión de productividad, sino una elección de vida. Y para muchos, esa elección ya se ha tomado.
Estudio publicado en papeles.
El teletrabajo no sólo es efectivo para los bancos y los inversores inmobiliarios que no producen nada, sólo quieren chupar la vida y la salud mental de las personas para obtener ganancias. En Brasil, en las grandes ciudades tenemos violencia, inundaciones, tráfico caótico y transporte público sobrepoblado, ¿por qué entonces la parte de la población que puede trabajar desde casa tiene que ir a la oficina? Además del mayor coste para las propias empresas que caen en ese discurso de “tendencia global”.
Los que están en la cima siempre se preocupan por los acontecimientos que ocurren en el ámbito laboral. Incluso con la abolición de la esclavitud hubo gente “poderosa” que no la quería (!). La creación de vacaciones, su aumento a 30 días, el pago adicional de vacaciones, la creación del 13º salario, las horas extras, el pago de riesgos, la baja por maternidad... todo, literalmente todo, juega en contra y ahora el teletrabajo (home office) que presenta ganancias para todos los lados, lo defienden. Negacionismo clásico, se resisten y niegan los avances en las relaciones hasta el último momento. ¿¡Hay que hacer dibujos para mostrar los beneficios del teletrabajo (para actividades que lo permitan, obviamente)!? Incluso a mí me da pereza…
Solo el desplazamiento me lleva 3 horas diarias, con el teletrabajo trabajo tanto como presencialmente y a veces incluso más, cada persona que teletrabaja es un coche menos en la calle, las ciudades son un caos, deberían fomentar el teletrabajo que es algo sumamente necesario, a los únicos que no les gusta son los dirigentes a quienes no les gusta el teletrabajo y obligan a las empresas a eliminar empleados.