La superposición de señales sísmicas naturales y artificiales plantea un desafío para el monitoreo global de actividades nucleares clandestinas
Científicos del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Estados Unidos, han publicado un estudio que apunta a una posibilidad preocupante: las explosiones de pruebas nucleares subterráneas podrían estar ocultas bajo la apariencia de terremotos naturales.
El descubrimiento sugiere que detectar pruebas clandestinas puede ser más difícil de lo que se creía anteriormente.
Revisión de hallazgos previos
El nuevo estudio contrasta con un análisis publicado en 2012. Ese año, los expertos concluyeron que los terremotos no podían enmascarar las señales dejadas por las explosiones nucleares.
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Sin embargo, los últimos datos indican que las formas de onda superpuestas de un terremoto y una explosión pueden engañar incluso a los detectores digitales más avanzados.
El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE), firmado en 1996, busca prohibir todas las explosiones nucleares en cualquier entorno. Para garantizar el cumplimiento, se ha establecido un sistema de vigilancia internacional para identificar explosiones subterráneas, en el aire y bajo el agua. La nueva investigación, sin embargo, plantea preguntas sobre la eficacia de los métodos actuales en situaciones específicas.
La tasa de detección cae en medio de los temblores
El estudio de los científicos de Los Álamos mostró que la capacidad de un detector para identificar una explosión de 1,7 toneladas bajo tierra cae del 97 por ciento a sólo el 37 por ciento si se produce un terremoto a 250 kilómetros de distancia dentro de los 100 segundos de la detonación.
Este escenario resalta cómo los eventos naturales pueden dificultar la identificación de actividades nucleares. clandestino. Según los autores, la dificultad se debe a la mezcla de señales sísmicas generadas por ambos eventos, lo que puede confundir a los sistemas de detección automática.
Además, el efecto de enmascaramiento también afecta la detección de terremotos más pequeños y otros fenómenos sísmicos. En pruebas realizadas, la tasa de identificación de eventos pequeños cayó del 92% a sólo el 16% cuando había señales superpuestas.
Propuestas para mejorar la identificación
Para abordar este desafío, los investigadores desarrollaron un método alternativo. Trabajaron con datos de explosiones naturales y terremotos registrados en el Sitio de Seguridad Nacional de Nevada.
La estrategia consistió en reducir la amplitud de las ondas expansivas para simular eventos más pequeños y luego combinar estas señales con formas de onda de terremotos.
El objetivo era comprobar si los detectores podían distinguir entre una explosión real y un temblor natural. Los resultados sugieren que realizar ajustes a los algoritmos podría hacer que la identificación sea más precisa, incluso en escenarios superpuestos.
Los científicos destacaron que, a pesar de las dificultades, la confirmación de una explosión nuclear no se basa únicamente en señales sísmicas. Otros factores, como la presencia de radionucleidos en la atmósfera, también son fundamentales para determinar si se realizan pruebas.
Aún quedan desafíos
Si bien es poco probable que se pueda ocultar por completo una prueba nuclear utilizando terremotos como tapadera, el estudio sugiere que esa táctica podría hacer que fuera mucho más difícil trabajar con los sistemas de monitoreo.
La nueva investigación proporciona información importante para mejorar las técnicas de detección y refuerza la necesidad de combinar múltiples fuentes de datos para garantizar la identificación precisa de las explosiones.
El estudio completo fue publicado eno Revista de la Sociedad Sismológica de América, aportando nuevos elementos al debate sobre la seguridad y el control de las armas nucleares en el escenario mundial.