El gobierno brasileño está considerando el regreso del horario de verano. Comprenda las razones detrás de este posible cambio de zona horaria
El gobierno brasileño analiza la posibilidad de volver al horario de verano como medida para afrontar la crisis actual energético causada por una grave sequía.
Según el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, esta medida se está discutiendo como una forma de aliviar el sector eléctrico, que enfrenta grandes desafíos debido al calor intenso y al alto consumo de energía durante las horas punta.
La vuelta del horario de verano se ve como una posible solución, aunque no se ha tomado una decisión definitiva, ya que depende de las condiciones meteorológicas, como las precipitaciones.
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Silveira destaca que el horario de verano puede contribuir positivamente a la economía y ayudar a mitigar los impactos de la crisis energética. Explicó que, en las horas pico, muchas personas llegan a sus casas y utilizan electrodomésticos como aire acondicionado, ventiladores y duchas, lo que genera una gran demanda de energía.
Además, estamos en un momento en el que las fuentes de energía intermitentes están menos disponibles, lo que empeora la situación. La vuelta del horario de verano puede aliviar esta presión sobre el sistema eléctrico, ayudando al Operador Nacional del Sistema (ONS) a garantizar el suministro energético en momentos críticos.
Bolsonaro fue quien acabó con el cambio
El horario de verano fue abolido en 2019, durante el gobierno de Jair Bolsonaro, pero durante muchos años su principal objetivo fue reducir el consumo de energía entre el final de la tarde y las primeras horas de la noche, aprovechando mejor la luz natural.
La idea era que, al aplazar el horario una hora, el consumo durante el pico nocturno fuera menor, aliviando el sistema y evitando el uso de fuentes de energía más caras.
Sin embargo, cuando se estudió anteriormente el regreso del horario de verano, como en la crisis del agua de 2021, los resultados indicaron que las ganancias en ahorro de energía no fueron tan significativas. Lo que se observó fue que, si bien hubo una reducción en el consumo durante el pico vespertino, esto fue compensado por un aumento en el uso de energía en otros horarios.
Además, no hubo un impacto significativo en la satisfacción de la demanda eléctrica, lo que llevó al gobierno a descartar devolver la medida en ese momento.
A pesar de estos estudios, la actual situación de sequía y el fuerte calor podrían dar lugar a un nuevo escenario. Sobre el tema también se pronunció el vicepresidente Geraldo Alckmin, quien afirmó que el regreso del horario de verano podría ser una “buena alternativa” para que Brasil enfrente la crisis energética y evite problemas de suministro.
Destacó la importancia de una campaña de concientización a la población para ayudar a ahorrar energía, evitar el desperdicio y adoptar prácticas para un uso más eficiente del recurso eléctrico.
Aunque aún no hay una decisión definitiva, el debate sobre el regreso del horario de verano continúa, con el gobierno evaluando las condiciones e impactos que esta medida podría tener tanto en el sector eléctrico como en la economía del país.
La propuesta apunta a reducir el consumo de energía en momentos críticos, lo que podría ser esencial dada la actual crisis hídrica y los desafíos que enfrenta Brasil en relación con la producción y distribución de energía eléctrica.