Uruguay se convirtió en referente mundial al alcanzar un 98% de ENERGÍA renovable. Comprender las políticas e inversiones involucradas.
Si bien muchos países todavía prometen adoptar energías renovables, Uruguay ya ha alcanzado un hito impresionante: el 98% de su electricidad proviene de fuentes limpias.
El pequeño país de América del Sur, vecino del Brasil, con 3,5 millones de habitantes, conocida por su producción de carne vacuna, se destacó a nivel mundial por transformar su sector energético en uno de los más sostenibles del planeta.
Según información difundida por vehículos como Fast Company y Yale Climate Connections, este logro no fue fácil.
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Primeros desafíos que enfrenta Uruguay
El periodista Luis Prats, del diario El País, de Montevideo, recuerda las dificultades que atravesaba la población hace unas décadas. “Hace más de 50 años, nuestra energía provenía de sólo dos pequeñas represas y una termoeléctrica", él dice.
"Siempre que había sequía en el Río Negro sufríamos apagones y restricciones eléctricas.“Estas dificultades mostraron la necesidad urgente de un sistema más seguro y sostenible.
Según el Instituto de Recursos Mundiales, en 2007 los combustibles fósiles representaban más del 30% de la matriz energética de Uruguay.
¿Cómo podemos reducir esta cifra a sólo el 2% en menos de dos décadas? La respuesta está en invertir en energías renovables, centrándose en la energía eólica.
Apuesta por la energía eólica
El cambio comenzó en 2008, cuando Uruguay experimentaba un crecimiento económico acelerado, pero el suministro de energía no estaba a la altura de la demanda.
¿El resultado? Más apagones y facturas de electricidad más altas. El profesor Ramón Méndez Galain, artífice del nuevo modelo energético del país, vio la crisis como una oportunidad.
Nombrado director nacional de energía, desarrolló una estrategia para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y explotar el potencial eólico del país.
Con vastas áreas rurales escasamente pobladas, el país ha instalado cientos de turbinas eólicas, convirtiendo los campos en verdaderas plantas de energía limpia.
La colaboración público-privada fue fundamental
Inspirándose en el modelo adoptado por Brasil, Méndez Galain propuso un modelo de asociación público-privada. Las empresas privadas fueron las encargadas de instalar las turbinas, mientras que la estatal UTE se encargó de la distribución.
Para atraer inversionistas, la UTE se comprometió a comprar toda la energía generada durante 20 años a precios fijos, garantizando seguridad para los negocios.
La estrategia funcionó. Hoy en día, hay casi 700 aerogeneradores repartidos por todo el país. La montevideana Alda Novell celebra los resultados: “Las facturas de electricidad se abarataron."
Desde 2010, los apagones se han vuelto raros y el país ha reducido el gasto en importación de combustibles fósiles.
Impacto económico y ambiental positivo
La transición a las energías renovables ha traído varios beneficios. Además de reducir los costos para los consumidores y las empresas, el cambio creó empleos y ayudó a que la economía creciera de manera sostenible.
Pragma Industries, especializada en tecnologías renovables, destacó el modelo uruguayo como referente global. "La asociación entre el gobierno y las empresas privadas fue esencial para el éxito de esta transformación", dijo un portavoz de la empresa.
Próximos pasos para el futuro energético
A pesar de haber alcanzado ya el 98% de electricidad renovable, Uruguay no quiere quedarse ahí. El país continúa invirtiendo en energía solar y buscando soluciones de almacenamiento para asegurar un suministro estable.
Como destaca Luis Prats, “La diferencia está en todas partes: desde las turbinas esparcidas por el campo hasta el suministro confiable de energía que utilizamos todos los días.."
La experiencia de Uruguay demuestra que es posible transformar la matriz energética con planificación, alianzas estratégicas y compromiso con la sostenibilidad.
Al centrarse en la energía eólica, el país pudo garantizar una electricidad más limpia, fiable y asequible para todos. El ejemplo uruguayo sirve de inspiración para otros países que buscan un futuro energético más sostenible.
Con información de Yale.
Aquí están haciendo lo contrario. Están donando miles de millones de reales a los AMIGOS DEL REY, los de Goiás, para la compra de una termoeléctrica. También están pensando en resucitar las PLANTAS DE CARBÓN en la RGS, gastando miles de millones de reales, sólo para preservar los puestos de trabajo. Todo se financia a interés cero, con dinero robado al contribuyente. ¿Dónde está nuestro diputado? ¿Sólo aparece en vísperas de las elecciones?