En una ciudad que nunca duerme, donde conductores y repartidores aparecen en cada esquina listos para responder a una notificación, los trabajadores de aplicaciones son la encarnación de la agilidad del siglo XXI. Pero, detrás de cada entrega rápida y prisa de último momento, hay una pregunta tan compleja como un laberinto legal: después de todo, ¿quiénes son estos profesionales? ¿Autónomo? ¿Empleados? ¿O una nueva categoría que desafía el concepto mismo de relaciones laborales? Con el tema cada vez más en la agenda, abogados y legisladores buscan soluciones que brinden seguridad y claridad a los profesionales que, entre Uber, 99 e iFood, impulsan la economía digital del país.
La abogada Marcela Carvalho Bocayuva, especialista en derecho laboral y socia fundadora de la firma Bocayuva & Advogados Associados, explica que la legislación laboral brasileña se moldeó para un escenario muy diferente al actual, con raíces en la era de la Revolución Industrial. “Esta legislación fue creada para trabajadores con jornada y lugar de trabajo fijos, algo que no se corresponde con la realidad de estos nuevos trabajadores de la app”, dice Bocayuva, quien también es coordinador de la Escuela Nacional de la Magistratura.
Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), Brasil tuvo, en 2022, alrededor de 1,5 millones de personas que se identificaron como “trabajadores de plataformas”. De este total, el 47,2% trabajaba en el transporte privado de pasajeros y el 39,5% en el sector del reparto. Si bien el ingreso promedio de estos profesionales alcanzó los 2.645 reales en el último trimestre de 2022, siendo el Sur el que registró el ingreso promedio más alto, el marco legal de estos profesionales sigue estando envuelto en incertidumbre.
Millones de trabajadores de aplicaciones en Uber, 99 e iFood
Para Bocayuva, la rápida expansión de las plataformas digitales, como Uber, 99 e iFood, que suelen clasificar a estos trabajadores como autónomos, plantea un importante desafío a la Ley. “Las plataformas acercan la oferta y la demanda de servicios, pero la clasificación de estos trabajadores sigue generando controversia legal. El Tribunal Superior del Trabajo, por ejemplo, discute si estos profesionales pueden o no ser considerados empleados de hecho”, explica.
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El Supremo Tribunal Federal (STF) también analiza la cuestión, evaluando principios constitucionales como la libre empresa y el libre ejercicio del trabajo. “La idea es encontrar un equilibrio entre la libertad de contratación de las empresas y la protección necesaria para quienes dependen de estas plataformas como principal fuente de ingresos”, añade el abogado.
Proyecto de ley
En 2024, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva dio un paso hacia una regulación más estricta al enviar al Congreso un proyecto de ley que pretende clasificar los controladores de aplicaciones como “trabajadores autónomos de plataformas”. El proyecto propone la adopción de derechos que tradicionalmente se aplican a los empleados, como una jornada laboral de hasta ocho horas (o 12 horas, sujeto a convenio colectivo), salario mínimo por hora y garantías de seguridad social.
Sin embargo, Bocayuva destaca que el camino aún es largo y lleno de matices. “Crear una legislación que cubra todas las especificidades de estos trabajadores de aplicaciones es complejo y puede que no se adapte fácilmente al modelo tradicional de relación laboral. Categorizar como empleados puede ser una solución en algunos casos, pero generalizar es arriesgado, ya que muchos proveedores pueden preferir el modelo autónomo”, reflexiona.
Preocupa el impacto económico en el sector
Al categorizarlos como empleados, puede haber un aumento en los costos operativos de las plataformas, algo que tiende a reflejarse en los precios de los servicios para el consumidor final. “Pero, por otro lado, mantener a estos trabajadores como autónomos o en una categoría intermedia también puede generar beneficios para las empresas que, en algunos casos, pueden parecer desproporcionados y desiguales”, reflexiona Bocayuva.
Por tanto, el debate sobre los trabajadores de aplicaciones se presenta como uno de los mayores problemas del mercado laboral contemporáneo. Ante un escenario aún nebuloso, el desafío para los legisladores y el Poder Judicial es ofrecer una solución que satisfaga las necesidades de los trabajadores y de las empresas, pero también garantiza justicia y protección en el entorno digital.