La nueva etapa de construcción del submarino Humaitá comenzará durante una ceremonia hoy, en Río de Janeiro, que contará con la presencia del presidente, Jair Bolsonaro.

El 11 de octubre, el presidente Jair Bolsonaro participará en Río, en la ceremonia que marcará el inicio de una nueva etapa en la construcción del submarino Humaitá. El buque será el segundo de cuatro sumergibles comprados al astillero DCNS y financiados por el banco BNP Paribas, ambos franceses, en 2008.

Técnicos y operarios comenzarán a ensamblar las cinco partes del casco del buque, construido por separado, en el astillero base de la Armada, en Itaguaí, en la región metropolitana de Río. El acto será simbólico. Será necesario conectar miles de cables de los sistemas internos.

Ya se instaló un podio para Bolsonaro frente al sumergible, modelo S-BR. La construcción forma parte del Programa de Desarrollo de Submarinos (Prosub).

La justificación brasileña para, en asociación con Francia, construir los cuatro submarinos convencionales y comprar el casco del futuro submarino de propulsión nuclear es defender la soberanía nacional.

Tras unir las partes, Humaitá pasará un año más en la fase de construcción y mejora de su interior. Recién en la segunda mitad del próximo año será botado al mar para la fase de pruebas.

Es en esta etapa que se encuentra el Riachuelo, el primer submarino previsto en Prosub. La pionera fue lanzada a finales del año pasado, en una ceremonia con el entonces presidente Michel Temer y el propio Bolsonaro, que estaba a punto de asumir la presidencia.

La Armada planea lanzar un submarino convencional por año. Después de Humaitá, será el turno de Tonelero y, tras él, Angostura. Se espera que sean lanzados en 2021 y 2022 respectivamente.

“Tenemos una extensa área marítima que llamamos Amazonía Azul, con 5,7 millones de kilómetros cuadrados. Es muy importante poder garantizar nuestra soberanía y defender nuestras riquezas”, dijo el almirante Celso Mizutani Koga, ingeniero responsable de las obras.

Tras los cuatro convencionales, vendrá la construcción del submarino de propulsión nuclear. Llevará el nombre de Álvaro Alberto, un almirante brasileño que fue pionero en la investigación en el sector. El almirante Koga calificó este futuro sumergible como “la guinda del pastel” para Prosub.

La tecnología escogida por la Armada es francesa, de los submarinos Scorpéne, que utilizan motores diésel-eléctricos. El proceso de transferencia de conocimiento es extenso.

En la nave atómica, la última del paquete binacional contratado, la participación de la ingeniería de Naval Group se limita a partes no nucleares.

El diseño original de los cuatro modelos convencionales sufrió cambios a favor de la comodidad de los 31 tripulantes regulares y la capacidad de autonomía.

La “Versión Br”, una denominación informal, es unos 10 metros más larga que la especificación del catálogo.

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