Por Bradlei Moretti, director general de Berkan Consultoria e Auditoria, especializada en sectores regulados
La industria del petróleo y el gas desempeña un papel estratégico en Brasil, no sólo por su importancia energética, sino también por los beneficios económicos que proporciona a la sociedad, como la atracción de inversiones, la creación de empleos y el aumento de los ingresos. El sector representa el 15% del Producto Interno Bruto (PIB) industrial del país, con inversiones previstas en exploración y producción de aproximadamente 180 mil millones de dólares hasta 2031, según el Instituto Brasileño de Petróleo y Gas.
Sin embargo, la expectativa es que el crecimiento de la producción en esta industria se produzca a un ritmo más lento que en años anteriores, como señala S&P Global. Su informe indica que el aumento será impulsado principalmente por dos nuevas unidades flotantes de almacenamiento y descarga (FPSO) en la cuenca presalina de Santos. El plan original de Petrobrás incluía dos FPSO más, que fueron pospuestas.
Las perspectivas futuras del sector están determinadas por una variedad de factores, desde presiones ambientales hasta cambios regulatorios y una creciente demanda de energía limpia.
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En un informe reciente, el Instituto Brasileño de Petróleo y Gas (IBP) señaló que el sector está recurriendo cada vez más a soluciones bajas en carbono y tecnologías sostenibles. Este cambio está impulsado por una combinación de factores, que incluyen crecientes preocupaciones ambientales, regulaciones más estrictas y presión de los inversores para que se adopten prácticas más responsables.
La tendencia a la baja de la demanda de petróleo está llevando a las empresas petroleras a transformarse paulatinamente en empresas energéticas. Por tanto, las empresas necesitan redefinir sus procesos productivos y aprovechar ventajas como su conocimiento en operaciones offshore para la producción de energía eólica, además de utilizar la red de gasoductos existente para transportar hidrógeno. Otra estrategia adoptada por las petroleras es la fuerte inversión en investigación, desarrollo e innovación (ID+I) en fuentes de energía alternativas, con el objetivo de diversificar el portafolio y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El entorno regulatorio es complejo y está en constante evolución, lo que requiere una adaptación continua y un cumplimiento estricto. La regulación cubre una amplia gama de temas, desde licencias ambientales y seguridad operativa hasta impuestos y gobierno corporativo. Navegar por este laberinto requiere experiencia y una comprensión profunda de las leyes y regulaciones aplicables.
En este contexto, contar con el apoyo de consultores y auditores especializados en sectores regulados es fundamental. Estos profesionales aportan el conocimiento especializado y la experiencia necesarios para ayudar a las empresas a navegar por el complejo entorno regulatorio, identificar riesgos y oportunidades e implementar las mejores prácticas de cumplimiento.
Adoptar un enfoque proactivo puede preparar a las empresas para afrontar los desafíos y prosperar en un entorno en constante evolución. El futuro del sector del petróleo y el gas dependerá de la capacidad de las empresas para adaptarse y volverse más resilientes frente al cambio. Aquellos que puedan seguir el ritmo del cambio y adoptar la sostenibilidad y el cumplimiento normativo surgirán como líderes en el nuevo panorama energético global.
fuente: Bradlei Moretti, director general de Berkan Consultoria e Auditoria | Vía Trevo Comunicação