Operación revela escándalo de corrupción multimillonario en las carreteras BR-163 y BR-487. Con un grupo de trabajo que incluye a la CGU, la PF y la Hacienda Federal, la investigación apunta a desviaciones y fallas que obstaculizaron la ejecución de obras estratégicas.
En una operación que plantea serios interrogantes sobre el uso del dinero público y la infraestructura de las carreteras brasileñas, las autoridades revelaron detalles de una investigación que apunta a una trama de corrupción multimillonaria en las obras de dos importantes carreteras federales en Paraná.
El grupo de trabajo, compuesto por el Contralor General de la Unión (UGE), la Policía Federal (PF), la Hacienda Federal (RFB) y el Ministerio Público Federal (MPF), descubrieron un posible esquema de fraude y malversación de fondos que, a lo largo de los años, comprometió la seguridad y la calidad de las BR 163 y 487, consideradas cruciales para el flujo de producción agrícola y la integración regional.
Según las primeras informaciones de las investigaciones, la segunda fase de la llamada Operación Apisonadora, lanzada a principios de esta semana, se centra en desentrañar cómo contratos millonarios destinados a mejoras en las BR posiblemente se utilizaron para beneficiar a empresas y empleados públicos en detrimento de la calidad de las carreteras.
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El trabajo de investigación pone de relieve una serie de irregularidades en los tramos entre Toledo y Marechal Cândido Rondon (BR-163) y entre Porto Camargo y Serra dos Dourados (BR-487), donde el mal estado de las carreteras es notorio.
Una megaoperación en busca de la verdad
Con 54 órdenes de búsqueda e incautación en ocho estados (São Paulo, Espírito Santo, Minas Gerais, Pernambuco, Paraná, Santa Catarina, Rondônia y Distrito Federal), la Operación Apisonadora movilizó un número impresionante de agentes para cumplir las órdenes del 14º Tribunal Federal. Distrito de Curitiba.
En total, el operativo cuenta con 13 auditores de la CGU, 12 de la Hacienda Federal y 240 policías federales, en un esfuerzo conjunto para desmantelar el esquema y recuperar posibles montos malversados..
Según los órganos investigadores, la trama investigada incluye fraudes en licitaciones, contratos llenos de vicios y actos que constituirían corrupción.
Durante el período investigado, que se extiende de 2011 a 2022, empleados del Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte (Dnit) de Paraná presuntamente recibieron sumas ilícitas de empresas que tenían contratos de prestación de servicios con las autoridades públicas.
Las sospechas indican que dichos contratos habían comprometido la supervisión y con frecuentes irregularidades en la ejecución de las obras contratadas.
El vacío en las obras viales
Según la CGU, los contratos investigados alcanzan un valor total de casi R$ 700 millones.
Los auditores detectaron un sobreprecio de R$ 17,5 millones, una sobrefacturación de R$ 8,5 millones y una pérdida de R$ 67,2 millones por divergencias en los proyectos con relación a lo realmente ejecutado.
La encuesta indica que las pérdidas ascienden a un total de R$ 75,8 millones, cantidad alarmante que impacta directamente la infraestructura y la economía regional.
Entre los problemas identificados por la CGU se encuentran fallas en los equipos de drenaje y pavimentación.
Los técnicos observaron alcantarillas y zanjas sedimentadas, cuencas de contención arruinadas y otros problemas estructurales que comprometen la funcionalidad de las carreteras.
Además, se registraron fallas en el pavimento, como desintegraciones tempranas, grietas en bloques (“piel de caimán”), agujeros conocidos como “pans” y marcas de ruedas, que pueden afectar gravemente la seguridad de los usuarios.
Tasa de Descuento Social: el impacto de la desviación en la sociedad
Un aspecto poco mencionado, pero muy relevante, es la llamada Tasa de Descuento Social (TSD), calculada por la CGU para medir el impacto social y económico de no concluir estas obras.
El índice estima que la corrupción y las fallas en la ejecución de los proyectos BR-163 y BR-487 provocaron pérdidas sociales de alrededor de R$ 125 millones.
Este valor representa lo que las comunidades y la economía no lograron obtener de una infraestructura vial moderna y eficiente.
Según lo analizado por la CGU, la finalización de las obras en las BR en cuestión no es sólo una cuestión de logística o de movilidad, sino una necesidad estratégica, especialmente para la producción agrícola en Paraná y los estados vecinos.
La falta de infraestructura adecuada impacta directamente el costo y la eficiencia del transporte de productos, afectando negativamente al sector agrícola y otras industrias que dependen de las carreteras para transportar sus mercancías.
Lavado de dinero y ocultación de recursos
Además de los desvíos y mala ejecución de las obras, la investigación reveló indicios de blanqueo de capitales.
Los hallazgos sugieren que los recursos generados por el esquema fueron ocultados y ocultados a través de transacciones financieras que involucran a empresas e intermediarios..
Este sofisticado movimiento financiero pretendía ocultar el origen ilícito de los montos malversados, dificultando aún más el seguimiento de los recursos y comprometiendo la transparencia en la aplicación de los fondos públicos.
Como informa el PF, estos actos de lavado de dinero demuestran un esquema bien estructurado para darle apariencia legal a montos provenientes de delitos contra la administración pública.
La expectativa de los investigadores es que, al final de la operación, la mayoría de los bienes y recursos malversados puedan recuperarse y revertirse a bienes públicos.
Una operación en curso con evolución esperada
La Operación Steamroller aún está en curso y la expectativa es que puedan surgir nuevos desarrollos a medida que avancen las investigaciones.
Para las autoridades involucradas, Este tipo de operación es fundamental para frenar la corrupción en la obra pública, especialmente en áreas que, como las carreteras, son vitales para el desarrollo económico y la seguridad de todos los que utilizan estas carreteras a diario.
Las acciones policiales aún deben continuar con nuevos interrogatorios, análisis de documentos incautados y revisión de contratos para identificar y responsabilizar a todos los involucrados.
Según la CGU, combatir la corrupción es esencial para garantizar que las inversiones públicas se apliquen de manera justa y transparente.
¿Y cree que la supervisión de las obras públicas brasileñas debería ser más estricta? ¡Comenta abajo qué piensas sobre esta operación y sus consecuencias!