Brasil puede enfrentar aumentos en los precios del combustible, incluso con el intento del gobierno de evitar el aumento. El rezago de los precios internos e internacionales, la suba del dólar y la apreciación del petróleo presionaron al mercado. Experto señala riesgos como escasez y pérdidas multimillonarias para Petrobras. Entiende los dilemas que afectan tu bolsillo.
El precio de los combustibles en Brasil, como la gasolina y el diésel, está a punto de enfrentar un nuevo aumento, incluso con los esfuerzos del gobierno por evitar tal escenario.
En un análisis detallado, fernando ulrich, reconocido economista, destacó en su canal de YouTube los principales factores que contribuyen a este inminente aumento de precios.
Según él, la brecha entre los valores internos y los practicados en el mercado internacional ha alcanzado niveles alarmantes, creando una situación que desafía tanto al gobierno como a Petrobras.
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Ulrich aclaró que el rezago es la diferencia entre los precios cobrados en Brasil y los valores establecidos en el mercado internacional.
Esta disparidad se intensificó debido a la política de congelamiento de precios adoptada por Petrobras. “El diésel, por ejemplo, lleva más de un año sin ajustarse, mientras que la gasolina no ha sufrido cambios desde hace más de seis meses”, afirmó el experto.
Destacó que, si bien esta estrategia apunta a controlar la inflación, también trae importantes riesgos, como desabastecimiento y pérdidas multimillonarias para la estatal.
El mercado internacional y el impacto en Brasil
En el escenario mundial, los precios del petróleo y sus derivados han aumentado constantemente.
Según los datos presentados por Ulrich, el barril de petróleo se ha apreciado significativamente en los últimos meses, impulsado por una combinación de factores, como tensiones geopolíticas, aumento de la demanda y limitaciones de la oferta.
Este movimiento se refleja directamente en los costos de los combustibles en el mercado internacional.
Para complicar aún más la situación, la devaluación del real frente al dólar contribuyó a amplificar el impacto de estos aumentos en Brasil.
Actualmente, el dólar cotiza por encima de los 6 reales, lo que aumenta los costos de importación de combustible. Ulrich detalló que, en los últimos tres meses, los precios del diésel y la gasolina subieron, respectivamente, 12% y 6% en dólares.
Sin embargo, debido a la variación del tipo de cambio, este aumento fue aún mayor en reales, alcanzando casi el 19% en el caso del diésel.
Esta situación afecta directamente al sector importador de combustibles. Según la Asociación Brasileña de Importadores de Combustibles (Abicom), alrededor del 25% del diésel consumido en Brasil es importado.
Cuando Petrobras opta por mantener los precios por debajo del mercado internacional, los importadores enfrentan dificultades para competir, lo que puede provocar una reducción de la oferta y el consiguiente riesgo de escasez.
La estrategia del gobierno y sus limitaciones
A pesar de los datos alarmantes, el gobierno federal se ha resistido a la idea de ajustar los precios de los combustibles.
La principal preocupación es el impacto que una medida de este tipo tendría sobre la inflación, que ya está ejerciendo presión sobre el coste de vida de la población.
“Aumentar el precio de la gasolina y el diésel tendría efectos en cascada, encareciendo el transporte, los alimentos y otros bienes esenciales”, analizó Ulrich.
Agregó que el impacto político también es un factor relevante, especialmente considerando que la popularidad del presidente Lula podría verse afectada aún más por un aumento significativo en los precios de los combustibles.
Sin embargo, esta estrategia también tiene sus debilidades. Ulrich advirtió que la insistencia en evitar reajustes podría tener graves consecuencias, como pérdidas financieras para Petrobras y pérdida de credibilidad del gobierno ante los mercados.
Según él, la empresa estatal ya acumuló pérdidas de R$ 9,3 mil millones como consecuencia del desfase de precios.
“Esta política de congelamiento no es sostenible en el largo plazo y podría comprometer la salud financiera de la empresa”, afirmó.
Posibles soluciones al dilema
Ante este escenario, Ulrich señaló algunas posibles soluciones.
Uno de ellos sería la reducción del gasto público, lo que ayudaría a estabilizar el tipo de cambio y, en consecuencia, aliviar la brecha de combustible.
Explicó que la recuperación de la credibilidad fiscal del gobierno podría atraer más inversores y reducir la presión sobre el dólar.
Otra alternativa sería ajustar gradualmente los precios de los combustibles, en lugar de realizar un único aumento abrupto.
Esto podría mitigar los impactos inflacionarios y facilitar la aceptación por parte de la población.
Sin embargo, Ulrich destacó que este enfoque requiere planificación y comunicación efectiva por parte del gobierno, algo que no siempre ha sido priorizado.
Además, destacó la importancia de invertir en ampliar la capacidad de refinación en Brasil.
Actualmente, el país depende significativamente de las importaciones de combustibles, lo que lo hace vulnerable a las fluctuaciones del mercado internacional.
Las inversiones en infraestructura de refinación podrían reducir esta dependencia y fortalecer la seguridad energética del país.
un futuro incierto
El escenario actual es desafiante y refleja las decisiones políticas y económicas del gobierno.
Ulrich concluyó su análisis afirmando que Brasil enfrenta un círculo vicioso, en el que las medidas adoptadas para contener la inflación y proteger a la población del aumento de los precios de los combustibles terminan agravando los problemas fiscales y monetarios.
“Cada acción del gobierno parece estar empujando al país a una situación aún más complicada”, evaluó.
Mientras tanto, los consumidores deberían prepararse para un posible aumento de los precios de los combustibles, especialmente del diésel, en el corto plazo.
Según Ulrich, la brecha ha llegado a un punto insostenible y debería obligar al gobierno a actuar pronto.
Queda por ver cómo el gobierno y Petrobras equilibrarán los intereses económicos, sociales y políticos ante este desafiante escenario.
LULA ADVIRTIÓ, LO GRANDE AÚN LLEGARA Y ESTA VEZ DOLORA PROFUNDO.
HAGA OL AHORA **** DESDE ****.
Me gustaría saber qué hay de nuevo en el aumento de los precios del petróleo en Brasil y en este gobierno.
Con este desgobierno va de mal en peor… inútil.