Mariana Ferreira analiza los impactos de la carga ICMS monofásico en el mercado de combustibles
Después de largas expectativas, el sector de los combustibles finalmente asistió a la implementación del régimen ICMS monofásico, establecido por la Ley Complementaria nº 192/2022, vigente desde el 1 de mayo de 2023. Este movimiento, esperado durante veinte años desde la promulgación de la La Enmienda Constitucional 33/2001, representa un cambio significativo en el modelo tributario, prometiendo simplificar y aportar más transparencia y eficiencia recaudatoria. Mariana Ferreira, abogada fiscal de Murayama, Affonso Ferreira e Mota Advogados, destaca esta evolución como un hito para la racionalización de la tributación, con potencial para impulsar la competitividad del sector y reducir los litigios.
Simplificación y desafíos del nuevo régimen
El sistema monofásico introducido permite cobrar el ICMS una sola vez, directamente desde el productor o importador de combustible, con tarifas uniformes en todo el país. Este método apunta no sólo a simplificar el complejo régimen tributario del sector, sino también a garantizar una mayor neutralidad y claridad para los contribuyentes y la sociedad. Sin embargo, a pesar de estas ventajas, el abogado señala una debilidad importante: la inestabilidad de los tipos impositivos y los impactos directos en los precios para el consumidor final.
La cuestión de la seguridad jurídica y sus impactos en el consumidor
A menos de dos años de la adopción del régimen monofásico, ya hemos visto cambios en las reglas iniciales. La Ley Complementaria N° 201, de octubre de 2023, flexibilizó el cronograma de ajuste tarifario, permitiendo cambios más frecuentes. Este cambio resultó en un aumento de las tarifas del ICMS para gasolinas, diésel y gas de cocina, vigente a partir del 1 de febrero de 2024. Estos cambios, según Ferreira, alejan al régimen de la deseada neutralidad fiscal y seguridad jurídica, impactando directamente en el bolsillo de los consumidores. .
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Los ajustes de tarifas provocan un aumento en los precios de los combustibles, con la gasolina subiendo a R$ 5,71 por litro, el diésel S-10 superando los R$ 6 por litro y el gas de cocina alcanzando R$ 103,6 por cilindro de 13 kilos. Estos aumentos reflejan las dificultades para mantener la previsibilidad y la estabilidad en el sector, desafiando tanto al mercado como a los consumidores.
La abogada Mariana Ferreira destaca que, a pesar de las positivas intenciones iniciales del monofásico ICMS En el caso de los combustibles, la práctica reveló complicaciones que comprometen la eficacia de la medida. La volatilidad de los tipos impositivos, agravada por los recientes cambios legislativos, pone en duda la capacidad del régimen para ofrecer la seguridad jurídica y la previsibilidad que son tan necesarias para el sector y sus consumidores. Por lo tanto, la realidad muestra que el camino hacia una tributación eficiente y equilibrada todavía enfrenta obstáculos importantes, lo que desafía a los legisladores, las empresas y la sociedad a buscar soluciones que concilien los intereses económicos y la justicia fiscal.
Fuente: Raquel Valente.