El sobrealimentador, también conocido como soplador o supercompresor, apareció incluso antes de la invención del motor de ciclo de 4 tiempos, creado inicialmente para soplar hornos y calderas. Sin embargo, algún tiempo después, descubrieron su capacidad para aumentar la potencia del motor.
El sobrealimentador, también conocido como soplador o sobrealimentador, es uno de los inventos más fascinantes del mundo del automóvil. Pese a parecer una tecnología moderna, sus orígenes se remontan al siglo XIX, incluso antes de la creación del motor de combustión de cuatro tiempos. Sorprendentemente, este dispositivo, inicialmente diseñado para soplar aire en los hornos, resultó ser la clave para aumentar la potencia de los motores de vehículos y otras máquinas. Pero, ¿cómo funciona exactamente este sistema y por qué no es tan popular como el famoso turbocompresor? Entendamos esta historia llena de innovaciones y superación.
¿Cómo nació el sobrealimentador?
A La historia del sobrealimentador comenzó en el pequeño pueblo de Connersville, en el estado de Indiana, en Estados Unidos.. Dos hermanos, Philander y Francis Roots, enfrentó un desafío: Sus máquinas impulsadas por ruedas hidráulicas no fueron tan eficientes como esperaban.
En busca de una solución, crearon un dispositivo de madera con dos rodillos que, al girar, soplaba el viento con tal fuerza que ¡arrancaba los sombreros de cualquiera que estuviera cerca! Este sistema adquirió tanta notoriedad que fue patentado en 1860, más de una década antes de la invención del motor de combustión interna de cuatro tiempos.
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El sobrealimentador en el mundo del automóvil.
Con el tiempo, el sobrealimentador comenzó a utilizarse en los motores de los automóviles, especialmente para mejorar el rendimiento en la pista. El sobrealimentador funciona forzando la entrada de aire en los cilindros, aumentando la concentración de oxígeno, lo que mejora la combustión y, como consecuencia, la potencia del motor.. En los años 1920, los vehículos Mercedes-Benz, por ejemplo, ya utilizaban este sistema para crear motores sobrealimentados, lo que los hacía más rápidos y potentes.
El especialista en mecánica Marcos Vinícius, entrevistado por CPG, explica que el sobrealimentador se ha vuelto crucial para las competiciones de automovilismo en Europa. “En la década de 30, marcas como Mercedes-Benz y Auto Union comenzaron a dominar las carreras con autos equipados con sopladores. El coche Bentley Blower, por ejemplo, fue uno de los más emblemáticos de aquella época.“, informó Marcos.
La diferencia entre sobrealimentador y turbocompresor
Una pregunta común entre los entusiastas de los motores es la diferencia entre un sobrealimentador y un turbocompresor. Ambos sirven para aumentar la potencia del motor, pero el sobrealimentador tiene una ventaja específica: entrega potencia al instante. Esto se debe a que es impulsado directamente por el motor, a diferencia del turbocompresor, que necesita gases de escape para empezar a funcionar. Esta característica evita el famoso “turbo lag”, ese retraso entre la aceleración y la ganancia de potencia.
Por otro lado, el sobrealimentador consume parte de la propia energía del motor para funcionar, lo que puede reducir algo su eficiencia. “La pérdida parásita es uno de los puntos negativos del sobrealimentador, pero sigue siendo muy popular en las carreras de resistencia, donde la entrega inmediata de potencia es fundamental”, añade Marcos Vinícius.
Más allá de las pistas
Además de en las pistas de carreras, el sobrealimentador también ganó espacio en los aviones, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial. Para que los aviones volaran a mayores altitudes, era necesario aumentar la cantidad de oxígeno en los motores. El sobrealimentador era la solución perfecta, asegurando que los aviones de combate fueran más rápidos y eficientes. Este avance fue tan significativo que la tecnología continúa utilizándose en algunos motores de aviación hasta el día de hoy.
Actualmente
Hoy en día, aunque el turbocompresor es más común en los vehículos de producción en masa, el sobrealimentador todavía se utiliza en modelos de alto rendimiento. Marcas como Ford, Dodge y Jaguar siguen equipando sus motores con este sistema para satisfacer a los aficionados a la potencia.. El Ford Mustang Shelby, por ejemplo, puede alcanzar más de 800 caballos de fuerza con la ayuda de este dispositivo. La pregunta que queda es: con todos estos avances, ¿el sobrealimentador todavía tendrá más espacio en el futuro de los motores?
¿Cuál es tu opinión? ¿Prefiere un sobrealimentador o un turbocompresor para aumentar la potencia del motor?