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Fugas de gas ponen en riesgo la vida de trabajadores de la agroindustria

7 de 2021 de septiembre a 16: 00
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Un sistema de detección de gas confiable es importante para garantizar la seguridad de la operación industrial, la calidad del producto y el cumplimiento de la legislación local.

El peligro puede ser invisible. Las fugas de gas en las industrias pueden provocar paros de producción, creando problemas financieros, además de accidentes de proporciones catastróficas, incluso con costo de vidas.

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El uso o generación de gases en procesos industriales no se limita a los gases convencionales, como el gas natural que conocemos. Industrias de la industria de alimentos y bebidas, como grandes frigoríficos y cervecerías, utilizan gases refrigerantes – amoníaco, R-123 o R-404A – en sus operaciones diarias, para asegurar la refrigeración y conservación de sus productos.

En caso de fuga del gas utilizado en el sistema de refrigeración, y dependiendo de su proporción, es necesario interceptar gran parte de la planta industrial, con el retiro de los empleados y la paralización de actividades hasta que toda el área afectada esté desintoxicado, causando un daño incalculable.

“Una fuga de amoníaco, por ejemplo, puede causar desde intoxicaciones en los empleados hasta grandes explosiones, poniendo en riesgo la vida de estos trabajadores y causando daños incalculables”, dice Felipe Claudiano, gerente de Productos de Detección Fijos y Portátiles de Gases de MSA Safety. , una multinacional líder mundial en el desarrollo, fabricación y suministro de productos de seguridad.

Por lo tanto, las plantas industriales necesitan un sistema eficiente capaz de detectar de forma temprana las fugas de gas refrigerante. La NR 36, norma reglamentaria para la salud y seguridad en el trabajo – especialmente para industrias y empresas que sacrifican y procesan carne y derivados – establece los requisitos mínimos para la evaluación, control y seguimiento de los riesgos existentes y trae, entre las diversas medidas, la implementación obligatoria de mecanismos para la detección temprana de fugas en puntos críticos, aunado a un sistema de alarma e instalación de un tablero de control para el sistema de refrigeración, entre los factores fundamentales de la seguridad industrial.

Los dispositivos que controlan y monitorean las fugas de gas minimizan el riesgo de accidentes mayores

Existen varios dispositivos que ayudan a controlar y monitorear las fugas de gas, minimizando el riesgo de accidentes mayores. Son detectores fijos que, instalados en lugares estratégicos, capturan fugas de gas refrigerante y emiten alertas a los sistemas auxiliares de control, como sirenas o sistemas de ventilación.

Un detector de gas puntual de excelente rendimiento es el X5000 de MSA Safety, que identifica la fuga de los sensores químicos que reaccionan en presencia del gas objetivo, como el amoníaco. Un detector como este tiene una vida útil de aproximadamente cinco años, a diferencia de los detectores convencionales con una duración limitada, con la necesidad de un constante mantenimiento y reemplazo de sensores para garantizar su funcionamiento.

El Chillgard 5000, también de MSA, es un sistema aspirado que monitorea hasta 16 puntos mediante tecnología fotoacústica infrarroja, detectando amoníaco o hasta 38 gases refrigerantes diferentes. El detector cuenta con una interfaz táctil a color con una indicación visual simple de cuándo se ha producido una alarma, un fallo o un evento, y mantiene un registro de eventos y diagnósticos de fácil acceso que permite una rápida resolución de problemas. El exclusivo puerto de ajuste/calibración facilita cualquier tipo de prueba en el detector y evita la necesidad de trabajar en alturas comunes con los detectores puntuales convencionales.

Industrias siguen estrictamente protocolos contra fugas de gas

Una encuesta de Contratos regionales indicó que el Chillgard 5000 puede generar ahorros de hasta un 50% a lo largo de los años en comparación con un sistema electroquímico convencional. Es lo que sucede con un socio que ha instalado cincuenta puntos de detección de amoníaco durante cuatro años. La empresa optó por invertir en Chillgard; si bien fue una inversión mayor al principio, en los años siguientes el monto gastado se revirtió en grandes ahorros.

Según el especialista, para cada necesidad, aplicación o tamaño de área con riesgo de fugas, existen sistemas que ayudan a una mejor cobertura de monitoreo, como la detección perimetral a partir de detectores de haz abierto, con emisor y receptor, láser, en áreas de riesgo constante. de hasta 120 metros de perímetro para detección de amoníaco. Con una tecnología láser disruptiva, el ELDS de MSA, por ejemplo, es un detector libre de mantenimiento que no genera falsas alarmas, lo cual es común en aplicaciones con detectores convencionales en uso extremo.

“Hay soluciones para todos los 'tamaños' y necesidades. Lo más importante es que las industrias sigan estrictamente los protocolos contra fugas de gas y entiendan que estos sistemas de detección son inversiones y no solo costos”, enfatiza Felipe Claudiano.

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