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En los últimos meses, la Amazonia ha sido blanco de grupos que lograron robar 4 millones de litros de combustible de los buques, señala ICl e IBP

Por Escrito ruth rodrigues
Publicado em 28/08/2023 às 13:03
Ante los desafíos que presenta el robo de combustible de embarcaciones en la Amazonia, los institutos ICL e IBP buscan soluciones para revertir esta situación.
Fuente: Instituto Legal de Combustibles

Ante el complejo entramado de desafíos que presenta el robo de combustible a embarcaciones en la Amazonía, acciones coordinadas, compromiso entre sectores y medidas legislativas efectivas emergen como piezas esenciales para revertir esta alarmante situación y garantizar la integridad de las operaciones logísticas y la seguridad de las comunidades. que dependen de estos recursos vitales.

La región amazónica ha sido escenario de una serie de robos de combustible, con alrededor de 4 millones de litros desviados de los buques en los últimos 18 meses. Grupos delictivos organizados han operado para saquear estos productos esenciales, vital tanto para abastecer a las ciudades como para generar electricidad en zonas desconectadas de la red nacional. Esta alarmante información fue revelada a través de un estudio realizado por el Instituto Legal Combustível (ICL) en conjunto con el Instituto Brasileño de Petróleo y Gas (IBP). Ambas instituciones están movilizadas para reprimir esta actividad criminal y defender la implementación de acciones coordinadas por parte de las fuerzas de seguridad para combatir eficazmente los delitos en la región.

Buques en la Amazonía sufren robo de 4 millones de litros de combustible en 18 meses

Con sus impresionantes 6.571 kilómetros de longitud, el río Amazonas es una vía fluvial fundamental, considerada una ruta natural para el transporte de diversos productos.

En esta zona se comercializan anualmente aproximadamente 11 mil millones de litros de combustible.

Sin embargo, el transporte de mercancías en la región enfrenta importantes desafíos debido a la falta de seguridad.

Valéria Lima, directora ejecutiva de Downstream del IBP, destaca la complejidad del problema de seguridad en el río Amazonas, que abarca no sólo el transporte de combustibles, sino que también afecta a los buques de pasajeros.

Explica que los combustibles son objetivos frecuentes del crimen organizado debido a su aplicación en diferentes sectores, como la aviación y la minería ilegal.

Sin embargo, enfatiza que es crucial comprender el impacto de esto en la sociedad en general, señalando que el robo de carga es una preocupación que va más allá de los productos petroleros.

En respuesta a este escenario crítico, los institutos ICL e IBP proponen una serie de iniciativas para frenar la práctica delictiva.

Entre las estrategias propuestas destaca la integración de datos de inteligencia entre las autoridades competentes y los órganos de control.

Además, la creación de grupos de trabajo especializados en combatir la delincuencia en la región se considera una medida esencial.

Además de implementar leyes más estrictas y fortalecer los recursos de las fuerzas de seguridad.

Recientemente, estas entidades promovieron un evento en Brasilia para discutir estas medidas y sensibilizar sobre la urgencia del problema.

La directiva del IBP enfatiza la importancia de la colaboración entre el sector productivo y las fuerzas de seguridad nacionales.

Según ellos, la seguridad es una responsabilidad compartida y todos los sectores deben unirse para enfrentar este desafío creciente.

En medio de la espera de la implementación de medidas estructurales para contener el problema, las empresas de transporte han recurrido a servicios de seguridad privados para proteger los convoyes fluviales.

O ICL y el IBP desarrolló un manual de orientación para ayudar a las empresas que opten por contratar escoltas armadas.

Carlo Faccio, director de ICL, señala que estas acciones ya han contribuido a reducir el número de incidentes.

Hasta julio de este año se registraron nueve intentos de robo, con tres casos efectivamente consumados, y en uno de ellos se logró la recuperación de la carga poco después del hurto.

El año anterior se registraron los mismos nueve intentos, pero se cometieron siete robos.

Sin embargo, la seguridad privada también genera costos adicionales para las empresas y aumenta el riesgo de enfrentamientos violentos durante los robos, incluidos posibles tiroteos y derrames de combustible en los ríos.

El presidente de la ICL, Emerson Kapaz, advierte que las entidades llevan meses comunicándose con las autoridades sobre la gravedad de los desvíos de combustible.

Señala que este tema ha sido objeto de varias reuniones con representantes del gobierno federal, con miras a establecer compromisos entre el sector y las autoridades para construir alianzas con el fin de combatir esta práctica.

Kapaz también destaca la importancia del Congreso Nacional para afrontar este problema.

Menciona la tramitación de un proyecto de ley de 2017, que tiene como objetivo tipificar los delitos de hurto, hurto y recepción de productos de unidades de producción, instalaciones de almacenamiento y oleoductos, al tiempo que aumenta las penas.

La intención es ampliar el alcance del proyecto para incluir modos de transporte adicionales, incluida la vía fluvial.

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ruth rodrigues

Graduada en Ciencias Biológicas por la Universidad Estadual de Rio Grande do Norte (UERN), trabaja como escritora y divulgadora científica.

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