El futuro de las finanzas corporativas está en la automatización

El papel decisivo que juega la tecnología en el control financiero de las empresas es cada vez más evidente. En una era en la que la transformación digital se está acelerando, las organizaciones deben abandonar los métodos anticuados y adoptar enfoques tecnológicos para diversas operaciones, con un enfoque especial en las finanzas.

Adiós, procesos manuales: el auge del control financiero automatizado

La disminución en el uso de prácticas manuales, especialmente en finanzas, demuestra la creciente necesidad de un control y seguimiento minucioso de la documentación, registros, transacciones y otros aspectos que generan un flujo constante de datos. Con la predicción de Gartner de que para 2027, el 90 % de los diagnósticos y análisis descriptivos financieros estarán completamente automatizados, la revolución tecnológica en la gestión financiera es innegable.

La tecnología ha transformado drásticamente el sector financiero, corroborando la realidad actual en la que nos movemos. A través de herramientas de gestión asistidas por inteligencia artificial, el área financiera se beneficia de análisis de tendencias, estrategias optimizadas, evaluaciones de riesgo, identificación de oportunidades de inversión, mejoras en los procesos financieros y, sin duda, un soporte más robusto para la toma de decisiones.

Resistencia al cambio: el obstáculo al progreso

Sin embargo, a pesar de todos los avances, muchas organizaciones aún se resisten a adoptar tales prácticas. Como resultado de esa resistencia, el escenario en Brasil se vuelve desafiante. Según datos del IBGE, antes de la pandemia, el 48% de las empresas terminaron sus actividades dentro de los tres años, y las quiebras aumentaron un 80% en los últimos dos años, según datos de Serasa Experian. La falta de una gestión eficiente, incluso en el área financiera, es una de las principales razones de estas cifras.

El área financiera de una empresa va más allá de actividades específicas como las cuentas por pagar y por cobrar, y la gestión del flujo de caja. También cubre las funciones y responsabilidades del día a día, como la planificación financiera estratégica, la gestión de riesgos, la planificación fiscal, el análisis de datos y la trazabilidad de la información, que son fundamentales para evitar errores que puedan comprometer el desempeño de la organización.

Para asegurar la salud económica y el crecimiento sostenible de la organización, la gestión de los recursos financieros, la planificación estratégica y la toma de decisiones son fundamentales. Y la tecnología se hace cada vez más necesaria para garantizar estos resultados.

Mediante la aplicación de inteligencia de datos y automatización, es posible tener una gestión más asertiva, con mayor control y seguimiento preciso de las operaciones. La tecnología también ayuda a garantizar la máxima eficiencia y optimización del tiempo, lo que permite que el equipo se concentre en actividades estratégicas..

El futuro de las finanzas: automatización e IA

La expectativa es que la integración de la tecnología en el área financiera siga avanzando. Según Gartner, para 2028, el 50 % de las organizaciones habrán reemplazado los enfoques de pronóstico que consumen mucho tiempo con IA, lo que dará como resultado operaciones más autónomas.

Las empresas que deseen entrar en la era de la transformación digital necesitan herramientas de gestión, como un ERP, que tiene recursos tecnológicos que aseguran una mayor cobertura de las áreas de la empresa, incluidas las finanzas.

La resistencia a la adopción de soluciones tecnológicas es comprensible, pero es importante enfatizar que estas herramientas no reemplazan los procesos, sino que ayudan a mejorarlos. Ahora, estamos viviendo en lo que alguna vez se consideró el futuro. El mercado actual requiere que las organizaciones se ciñan a los principios de la gestión financiera para asegurar su supervivencia. Atrás quedaron los días en que la burocracia era sinónimo de finanzas, ahora la tecnología es el principal aliado, trayendo resultados prometedores.

Créditos: Quelma Maia