El crecimiento de la energía eólica en Latinoamérica y Norteamérica ha demostrado constantes inversiones en generación distribuida y esfuerzos para reducir el CO2

Este lunes (15), datos fueron divulgados por la asociación internacional del sector eléctrico Inteligencia de mercado de GWEC que en Latinoamérica y Norteamérica en 2020 respecto a 2019 la energía eólica creció un 62%, por tanto, la capacidad de Generación distribuida creció en 22 gigavatios (GW), a 168 GW.

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 El país que lidera el aumento de la generación eólica distribuida es Estados Unidos, con unos 17 GW más entre 2019 y el año pasado, lo que supone un incremento del 85% en la producción eólica.

Energía eólica en América Latina

Con un aumento de 2,3 GW en generación distribuida, Brasil ocupa el primer lugar si solo miramos a Latinoamérica. Otros países también tuvieron récord en generación distribuida de energía renovable, como Argentina (1GW) y Chile (684 MW).

La energía eólica ya es la segunda mayor fuente de la matriz energética brasileña. La capacidad instalada en el país alcanzó la marca de 16 GW en el primer semestre de 2020 según la Asociación Brasileña de Energía Eólica (ABEEólica). Hay 637 parques eólicos y 7.738 aerogeneradores.

Ventajas de la generación distribuida en Latinoamérica

El hecho de que sea una fuente renovable y cause un bajo impacto en los lugares donde se instala y opera, hace que la energía eólica traiga muchos beneficios socioeconómicos y ambientales.

Como los parques eólicos no emiten CO2, solo en 2019 se evitaron la emisión de 22,85 millones de toneladas de dióxido de carbono.

La cantidad equivale a la emisión anual de alrededor de 21,7 millones de automóviles, según ABEEólica. Además de estos factores, la fuente eólica genera ingresos y mejora la vida de los propietarios con el pago de arriendos, que están gravados, por poner en funcionamiento más de 7 torres.