Explorando la biomasa de palma aceitera: el potencial energético del “Pre-Sal Verde” brasileño
En el cambio hacia una economía más sostenible, Brasil presenta una nueva perspectiva en el campo de las energías limpias y renovables. Durante el 22º Foro Empresarial LIDE, realizado en Río de Janeiro, Milton Steagall, director general del Grupo BBF (Brasil BioCombustibles), destacó el “presal verde” del país, un vasto potencial para la producción de biocombustibles derivados de palma de aceite de biomasa, cultivada en la región amazónica.
La palma aceitera: un gigante de la biomasa en la región amazónica
Steagall explicó que cada hectárea sembrada de palma aceitera, con sus 143 árboles por hectárea, es un enorme depósito de biomasa lista para ser transformada en biocombustible. Este sirve como generador eficiente de energía eléctrica limpia y renovable, principalmente en zonas aisladas de la Amazonía. Con la previsión de producción de biocombustibles de segunda generación, como el Combustible de Aviación Sostenible (SAF) y el Aceite Vegetal Hidrotratado (HVO) a partir de 2026, esta fuente de energía parece ser una solución prometedora para el futuro de Brasil.
Bajo las estrictas pautas ambientales de Brasil, actualmente es posible cultivar palma aceitera en 31 millones de hectáreas. El Grupo BBF es pionero en esta iniciativa, con plantaciones que cubren 75 hectáreas, repartidas por los estados de Pará y Roraima.
“Construimos un marco legal sólido para promover el cultivo de la palma aceitera, que culminó con la Zonificación Agroambiental de la Palma en 2010. Esta legislación garantiza que la palma aceitera se cultive solo en áreas degradadas de la Amazonía hasta diciembre de 2007, lo que significa 31 millones de hectáreas. Si esta área fuera realmente utilizada, tendríamos un segundo 'presal' en Brasil”, declaró Steagall.
La transformación energética en la Amazonía: una solución para zonas aisladas
La visión de Steagall presenta una solución viable para las zonas aisladas de la región amazónica, que actualmente cuentan con 212 localidades fuera del sistema energético nacional, atendidas principalmente por centrales termoeléctricas alimentadas con combustibles fósiles.
El Grupo BBF, que actualmente cuenta con 38 plantas termoeléctricas y una capacidad de generación total de 238 MW, está ayudando a cambiar este escenario. Actualmente, se encuentran en operación 25 plantas con capacidad para generar 86,8 MW, atendiendo a 140 mil personas. Este esfuerzo ha permitido reducir el uso de más de 106,4 millones de litros de diésel fósil en la Amazonía al año, reduciendo la emisión de unas 250 mil toneladas de carbono equivalente a la atmósfera.
La singularidad del caso brasileño en la transición energética
El profesor de la PUC-Rio David Zylbersztajn, miembro del panel, señaló que la transición energética en Brasil está marcada por singularidades. Solo el 25% de las emisiones de CO2 del país provienen del sector industrial y eléctrico, en contraste con el 75% de las emisiones globales. Brasil también se destaca en el escenario de los biocombustibles, lo que refuerza la idea de un “presal verde”.
El panel “La Recuperación en Infraestructura y Alternativas Energéticas” también contó con la participación de representantes de gobierno, industria energética y academia, reiterando la importancia del diálogo y la cooperación para construir un futuro energético más sostenible.
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