Cómo Irán está ayudando a Venezuela a impulsar su producción de petróleo a pesar de las sanciones de Estados Unidos
Venezuela evade sanciones de EE.UU. y se alía con Irán. Después de que la producción de crudo en el país vecino sufriera, en los dos últimos años, un histórico retroceso a niveles propios de mediados del siglo XX, en los últimos meses se ha producido una recuperación que la llevó el pasado mes de noviembre a unos 824.000 barriles, casi el doble de los 434.000 extraídos en el mismo mes de 2020.
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En una entrevista transmitida por la televisión estatal venezolana el 1 de enero de este año, el presidente Nicolás Maduro presumió que el país había logrado producir nuevamente un millón de barriles diarios. “Este año llegamos a un millón, la meta del próximo año es llegar a dos millones”, dijo Maduro.
En 1998, antes de la llegada al poder de Hugo Chávez, Venezuela producía alrededor de 3.120 barriles de crudo al día, según cifras de la OPEP.
Aunque muchos expertos cuestionan la cifra anunciada por Maduro, reconocen que en 2021 Venezuela logró recuperar parte de su producción petrolera y señalan a Irán como un actor clave en este proceso.
Canje de llaves
“Lo que ha estado pasando es que Venezuela está importando diluyentes de Irán -naftas, condensados, aceites ligeros- que están siendo mezclados con crudo extrapesado venezolano. de la Faja del Orinoco para aumentar la producción”, dice José Toro Hardy, economista petrolero que fue miembro de la junta directiva de la estatal venezolana PDV
Explica que el petróleo de esa región de Venezuela es muy pesado y está cargado de mucho azufre, por lo que necesitan mezclarlo con estos productos para crear un crudo medio más comercial.
Señala que Venezuela en el pasado producía estos diluyentes, pero que ya no es así porque muchos campos petroleros están cerrados y las refinerías del país están trabajando muy por debajo de su capacidad.
Toro Hardy indica que Venezuela, a cambio de estos diluyentes, entrega a Irán una parte de la producción de este crudo medio. “Esto es una compensación”, señala.
Irán, al igual que Venezuela, es sancionado por Estados Unidos
“Irán, al igual que Venezuela, está sancionado por Estados Unidos y su producción de petróleo se ha reducido drásticamente. Probablemente ese petróleo que está saliendo, digamos, además de las sanciones que tienen tanto Venezuela como Irán, lo esté haciendo en petroleros no reconocidos, que incluso apagan los aparatos para no ser localizados en el satélite. Este es petróleo que Irán puede comercializar una vez que lo tenga en su poder”, agrega.
Teherán también ha estado ayudando a Venezuela con el envío de gasolina para abastecer el mercado interno del país latinoamericano, donde la producción de este producto ha disminuido por problemas en la refinería.
Francisco Monaldi, director del Programa de Energía para América Latina del Instituto Baker de la Universidad Rice (Texas, EE. UU.), dijo que la producción de crudo venezolano está regresando a los niveles que tenía a principios de 2020, antes de que la petrolera rusa Rosneft se retirara de Venezuela y los precios se desplomaran debido al impacto de la pandemia del coronavirus.
“PDVSA logró, con la ayuda de Irán, crear una estructura de evasión de sanciones en reemplazo de Rosneft. Además, Irán comenzó a suministrar los diluyentes que los rusos trajeron antes. Todo esto requiere altos precios para pagar a los intermediarios y cubrir los costos de transporte”, dijo Monaldi en un hilo de Twitter.
El experto agregó que el colapso de la producción en 2020 no fue resultado de una reducción en la capacidad de producción, sino de las dificultades para vender crudo a precios tan bajos y evitar sanciones.
Hay un gran número de pozos petroleros cerrados en Venezuela por robo de motores u otros equipos.
Muchos analistas petroleros, incluidos Toro Hardy y Monaldi, están de acuerdo en cuestionar el valor de producción anunciado por Maduro de millones de barriles y predicen limitaciones en su crecimiento futuro.
“Eso parece poco probable porque, en agosto, el propio gobierno dijo que estábamos en 600.000 barriles”, dice Toro Hardy en referencia al millón de barriles.
El especialista garantiza que, cuando Venezuela logró aumentar más la producción petrolera en su historia, fue en 1998, cuando estaba inmersa en el ambicioso proyecto de apertura petrolera -que pretendía aumentar la producción a través de sociedades con capital privado-. Ese año aumentó en 190.000 barriles diarios.
“El anuncio del gobierno implicaría que en cuatro meses la producción aumentó en 400.000 barriles diarios. Y eso parece poco probable”, reitera.
También destaca que actualmente no hay pozos activos en Venezuela, lo que indica que el país no está perforando nuevos pozos. Explica, por supuesto, que PDVSA puede aumentar la producción reparando los pozos existentes.
“Hay una gran cantidad de pozos petroleros cerrados en Venezuela porque se robaron motores u otros equipos y por eso están cerrados. Repararlos podría lograr un aumento de la producción en términos más o menos económicos, pero aún así sería difícil llegar a los 400.000 barriles diarios anunciados”, dice Toro Hardy.
Venezuela tiene enormes reservas de petróleo bajo tierra, pero explotarlas requiere grandes inversiones y los planes de Maduro de aumentar la producción a 2 millones de barriles por día para 2022 parecen cuesta arriba.
Monaldi, por su parte, advirtió que los incrementos que se pueden lograr en el bombeo de crudo a la capacidad de producción actual son limitados.
“Es probable que la producción esté alcanzando su potencial de alrededor de 900.000 barriles por día y que la producción adicional requiera una inversión significativa en nuevos pozos e infraestructura”, advirtió en su hilo de Twitter.
Toro Hardy está de acuerdo en que, en las condiciones actuales, la producción petrolera venezolana tiene un espacio limitado para crecer.
“Venezuela tiene enormes reservas de petróleo bajo tierra, pero explotarlas requiere grandes inversiones. Se estima que, entre inversiones y gastos, recuperar los niveles de producción de hace 20 años demandaría alrededor de US$ 25 mil millones anuales durante los próximos 8 o 10 años”, dice.
“Es muy difícil que estos montos provengan hoy de inversiones que hace Irán, Rusia o China, porque en Venezuela hay una enorme falta de seguridad jurídica que también les afecta”, añade.
Entonces, al menos según estos cálculos, los planes de Maduro de aumentar la producción a 2 millones de barriles por día para 2022 parecen una cuesta arriba.
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