Según un estudio de la consultora, la capacidad de producción mundial de vehículos ligeros debería tener una reducción de 4 millones de unidades en 2021. Aún con un crecimiento del 33% en el primer semestre de este año, la escasez de semiconductores impide la recuperación total de la industria automotriz
La crisis de escasez de semiconductores en el sector automotriz ha frenado la recuperación económica de la producción de vehículos de motor a niveles previos a la pandemia. Cifras divulgadas recientemente por la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) indican que 1.148,5 mil vehículos salieron de las líneas de montaje en el primer semestre del año, un 57,5% más que los 729 mil del mismo período del año pasado, cuando todas las fábricas pasaron por paradas de hasta dos meses.
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Según Bain, el mercado global de semiconductores movió más de US$ 450 mil millones en 2020, con un 70% de este monto originado en la industria electrónica, en la producción de dispositivos como computadoras y teléfonos inteligentes. La industria automotriz, por su parte, fue responsable de sólo el 10%. La crisis global de estos componentes, sin embargo, continúa impactando a diferentes sectores de la industria alrededor del mundo, con perspectivas de retorno a la normalidad aún inciertas.
Carlos Libera, socio de Bain & Company, destaca las razones por las que cree en la reanudación de la industria automotriz en 2022
Según Carlos Libera, socio de Bain & Company, ante un escenario futuro de mayor capacidad en la producción de semiconductores, se espera que la situación de las automotrices vuelva a la normalidad a partir del segundo semestre de 2022.
“La industria automotriz representa una porción más pequeña de la demanda de semiconductores, representando solo el 10% de los ingresos de los fabricantes de chips. Por lo tanto, se espera que la asignación de capacidad se normalice más rápidamente en relación con otros sectores”, dice.
Bain señala, sin embargo, que existen problemas estructurales dentro de la fabricación de semiconductores, con cuellos de botella sensibles a lo largo de toda su cadena, lo que puede resultar en nuevos efectos de escasez. “Es importante para la industria del automóvil anticiparse a posibles rupturas en el futuro, especialmente en la forma en que se lleva a cabo la planificación en su cadena de suministro, ya sea desde el punto de vista del almacenamiento de stock o de un contacto más cercano con los proveedores”, destaca Libera.
El estudio de Bain señala que la producción mundial de vehículos ligeros debería tener una reducción de 4 millones de unidades en 2021 respecto a las previsiones anteriores, a partir de diciembre de 2020.
Presión de la industria de computadoras personales y dispositivos móviles
Las cadenas de suministro de computadoras personales (PC) han tenido problemas para satisfacer la demanda generada por la crisis de Covid-19. Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), una empresa que fabrica semiconductores, e Intel están operando a plena capacidad.
Fabricantes como AMD y NVidia ya enfrentan una escasez sustancial de componentes. La demanda de computadoras para uso personal, debido al trabajo remoto, el crecimiento de la computación en la nube y los dispositivos móviles de quinta generación (5G) son motores que aceleran la demanda.
Seminovos “surfean” en la crisis
Según Moraes, la industria aún sufre el peor momento de la pandemia, registrado en 2020. Explica que el desorden en la cadena productiva mundial fue la principal causa de la crisis de los semiconductores y del alza de los precios al consumidor.
“Hubo un aumento en el acero, el caucho y otros commodities, además de la devaluación de la moneda, que afecta tanto a las automotrices que traen muchos componentes importados, como a nuestros proveedores”, informa. Dice que, además, algunos estados aumentaron el ICMS en los vehículos, como São Paulo.
“La carga tributaria ya es alta, y el Estado, para solucionar un problema de gestión pública, le pasó la cuenta al consumidor”, criticó. Según el presidente de Anfavea, el alto costo de los insumos y la logística que encareció los precios de los vehículos nuevos, y la baja oferta de estos vehículos en las concesionarias, impulsaron el sector seminuevo.
“Esto provocó dos comportamientos en el consumidor. Unos están optando por esperar 70 o 90 días, o incluso posponerlo para 2022, y otros se van al mercado de autos usados”. Con el aumento de la demanda de vehículos seminuevos, el precio de los vehículos usados también aumenta, según Moraes.
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Bain recibió recientemente una calificación de oro de EcoVadis, la plataforma líder en calificaciones de desempeño ambiental, social y ético para las cadenas de suministro globales, lo que la ubica en el 2% superior de todas las empresas.
