El pueblo noruego de Rjukan innova con espejos solares que captan la luz del sol en invierno por menos de 600 euros, inspirados en un proyecto del siglo XX.
En Noruega, un país situado cerca del Polo Norte, las horas de luz solar diarias son significativamente más cortas en comparación con los países situados más cerca del ecuador. Esta característica se debe a la inclinación del eje terrestre, especialmente evidente durante el invierno en polo norte, cuando los rayos del sol llegan a estas latitudes con menor intensidad. Ante este desafío, la ciudad de Rjukan adoptó una solución innovadora: la instalación de espejos capaces de reflejar la luz solar, compensando así la limitada exposición natural al sol.
Se colocaron espejos en 600 m² en Rjukan
Este pequeño pueblo de Noruega está situado en un profundo valle de la provincia de Telemark. Allí, las montañas bloquean la luz del sol durante seis meses al año. El pequeño pueblo fue fundado hace 1 siglo, y actualmente cuenta con 3.500 habitantes que pueden ver la luz del sol a través de espejos colocados en la montaña.
Cuando vemos un documental o vemos una imagen en internet, la Tierra siempre se ve con una inclinación sobre su eje de 23,5°. Como decíamos anteriormente, esta inclinación hace que, en este momento, prácticamente no haya sol en el polo norte.
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Varios pueblos y ciudades cercanas a los polos sufren una oscuridad total durante el invierno, Rjukan es uno de ellos. Sólo cuando se acerca el verano comienza a salir el sol sobre sus valles y montañas. Gracias al diseño del espejo, 600 metros cuadrados quedaron iluminados indirectamente por la luz solar.
Los tres espejos (helióstatos) fueron colocados en una montaña de 400 metros, posicionados por un helicóptero y controlados para seguir la elipse del sol. La idea surgió de Martin Andersen, un artista parisino que se inspiró en Sam Eyde, que quiso hacer lo mismo a principios del siglo XX.
El proyecto de un espejo en Rjukan costó sólo 600 euros
Como la tecnología de Eyde no era tan avanzada en aquella época, se crearon los primeros teleféricos de Escandinavia, llamados Krossobanen, que llevó a los habitantes de Rjukan a la cima de la montaña para tomar el sol y mantenerse saludables.
El proyecto costó cinco millones de coronas, unos 600 euros. Además, la energía solar capturada por los espejos se utiliza para impulsar su trayectoria de inclinación mientras siguen el paso del sol invernal sobre el cielo noruego.
Aunque la idea principal surgió de Sam Eyde, fue Viganella, una ciudad del norte de Italia, la que fue pionera en la instalación de espejos para captar la luz del sol. El diseñador fue Giacomo Bonzani, quien logró instalar un espejo de 40 metros cuadrados, 8 metros de ancho y 5 metros de alto.
El famoso espejo italiano que atrae a cientos de turistas fue elaborado por una empresa de Huelva. Su inauguración tuvo lugar en 2006 y fue denominada “el encuentro de la luz”. Este peculiar proyecto permitirá que miles de habitantes de Piamonte y Rjukan no pasen tantos meses sin luz solar.
Descubre la torre de energía solar instalada en Israel
Además de los espejos y Rjukan, en 2019 se instaló una torre de energía solar en Ashalim. Llamada de Ojo de Sauron, este proyecto lleva el sobrenombre inspirado en la película “El Señor de los Anillos”, por su tamaño, pero principalmente por su intensa luminosidad.
Hay alrededor de 25 torres de este tipo en el mundo y el proyecto costó 800 millones de dólares y, a cambio, el gobierno prometió comprar electricidad a la torre espejo a un precio de unos 23 centavos por kilovatio-hora.