En medio de la pandemia, el sector de la construcción civil opera a todo vapor con el 93% de su capacidad productiva, trabajando con protección, pruebas y monitoreo

La construcción civil se convierte en un ejemplo de la reanudación de las actividades productivas en Brasil cuando la curva de contaminación por el Coronavirus disminuye, informa el ministro de Economía, Paulo Guedes, junto a otros ministerios del gobierno federal. La confianza de la industria en Brasil aumenta tras la flexibilización de las medidas de cuarentena

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Según Guedes, la construcción civil -un sector esencial para la economía del país y que no se paralizó durante la pandemia- es el modelo a seguir

Agrega que, al saber controlar el ritmo de operación en las obras, la construcción civil tuvo un índice de contaminación muy bajo en comparación con el volumen de trabajadores involucrados.

Para el ministro, la construcción civil supo protegerse, mencionando que el sector opera con el 93% de su capacidad productiva. Los datos son de la Cámara Brasileña de la Industria de la Construcción, CBIC. “El sector supo proteger, testear, monitorear y tratar, reduciendo drásticamente los contagios”, dice.

Desde el inicio de la epidemia en Brasil, 10 trabajadores de la construcción han muerto a causa de la COVID-19, en un universo de 2 millones de personas que trabajan con contrato formal, y directamente en el segmento.

El relevamiento muestra que están en curso todas las obras de construcción en los estados de las regiones Sur, Sudeste y Centro Oeste, así como en Amapá y Amazonas, en la región norte.

En la región noreste, Paraíba está dividida. Los únicos estados donde las obras están completamente paradas son Piauí y Sergipe. Por otro lado, Alagoas, Rio Grande do Norte y Maranhão operan con el 100% en construcción civil, mientras que Bahia y Ceará reanudaron actividades a principios de junio.

Seguridad en el trabajo en la construcción.

Guedes argumenta que el regreso seguro a las actividades está segmentado. “No serán todos al mismo tiempo. Será por unidades geográficas. En regiones con mayor densidad de población, el riesgo de contagio es mayor. Así que todo eso va a ser escudriñado, en base a los informes. Cuando la salud lo permita, y dé la señal de que es momento de avanzar, saldremos adelante”, dice la ministra.

Ana Cláudia Gomes, presidenta de la comisión de responsabilidad social de la Cámara Brasileña de la Industria de la Construcción (CBIC), revela por qué los protocolos de seguridad en la construcción se convirtieron en un modelo para el gobierno federal.

“Las entidades y empresas del ramo de la construcción civil están yendo más allá de las medidas de protección y sanitarias establecidas. También se preocupan por el trabajador de camino a casa y por él en contacto con su familia”, revela.

Vale recordar que mucho antes de que la pandemia se apoderara de Brasil, la seguridad en el trabajo era una ley dentro de la construcción civil. La presencia de trabajadores en el sitio de construcción solo está permitida con el uso adecuado de los equipos de protección personal (EPP).

Por lo tanto, objetos como máscaras, guantes, gafas de seguridad y cascos no son nada nuevo para quienes trabajan en obras de construcción. Es lo que permite al trabajador del sector tomar la delantera en lo que respecta a la protección frente al COVID-19.