Después de más de 100 años con la construcción estatal, los ferrocarriles en Brasil volverán a ser privatizados

El 9 de diciembre, el gobierno federal firmó los primeros contratos de la nueva ola de privatizaciones ferroviarias. Los documentos permiten a las empresas iniciar proyectos desde la base, en un nuevo modelo, con inversiones previstas de R$ 50 mil millones. Diez estados serán atravesados ​​por un total de 3,5 kilómetros de nueve tramos ferroviarios. La actitud es considerada histórica, porque retoma el molde que permitió la primera construcción masiva de vías férreas en Brasil. 

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Entre los años 1800 y 1900, fue el sector privado el que impulsó la construcción de vías férreas en todo el país. El Ferrocarril Mamoré, conocido como el “Ferrocarril del Diablo”, que data de 1905, fue la última red ferroviaria construida con este tipo de inversión. Las obras se iniciaron en 1907, aún en pleno auge del caucho. Hasta 1932 se implementaron nuevos ferrocarriles, pero ninguno por una nueva empresa en el segmento.

Actualmente, la red ferroviaria de Brasil tiene 29,3 kilómetros. Con los nuevos ferrocarriles privatizados, junto con los planes de concesión ya en curso, el Ministerio de Infraestructura cree que el sector ferroviario presentará un nuevo crecimiento exponencial.

Actualmente, los ferrocarriles son responsables de alrededor del 20% del transporte de carga en el país y, con la nueva privatización, se espera que esta cifra supere el 40%.

Los proyectos se basan en el nuevo Marco Legal das Ferrovias, implementado a través de una medida provisional en agosto. El MP lanza una nueva forma de desplegar ferrocarriles en Brasil, en la que las empresas privadas son libres de construir redes ferroviarias sin licitación.

Libre competencia de precios, abordada por el Gobierno Federal en la construcción de vías férreas

La nueva forma de construir vías férreas ya está vigente en países como Estados Unidos y Canadá, y fue creada para que las propias empresas y transportistas pudieran identificar y atender sus demandas.

Sumado a esto, existe una carga regulatoria más liviana, ya que prevalece la libre competencia y la libertad de precios, es decir, el Estado no interfiere en la decisión de las tarifas cobradas por el transporte.

El Congreso Nacional ya evalúa un proyecto que haga realidad el Marco Legal das Ferrovias, para que no sea interferido por la nulidad de la medida provisional.

El gobierno federal también dio a conocer la lista de licitaciones para nuevos ferrocarriles solicitados por seis empresas. Ellos son: Bracell, productor de celulosa; Ferroeste, empresa ferroviaria del estado de Paraná; Grão Pará Multimodal, que está autorizada para operar una terminal portuaria en Alcântara (MA); Petrocity, empresa del sector portuario; Macro Desarrollo Ltda; y Planalto Piauí Participações.

Además de estos, ya se han realizado otras 41 solicitudes de vías férreas al Ministerio de Infraestructura. En relación a 36 de las 47 licitaciones, el gobierno federal ya prevé una inversión de R$ 150 mil millones.

“Estamos viendo ahora el inicio de la revolución que nos volverá a convertir en un país ferroviario”, dijo el secretario nacional de Transporte Terrestre, Marcello Costa.

“No hay proyecto en el área de infraestructura de transporte más transformador que este”, dijo el ministro de Infraestructura, Tarcísio de Freitas.