Un informe ha revelado que parte del poder militar de la Armada estadounidense se encuentra en estado crítico, con barcos y equipos en estado alarmante
As Fuerzas Armadas de los Estados Unidos son ampliamente reconocidos como los más fuertes y preparados del mundo, y cuentan con tecnología de punta. Sin embargo, informes recientes revelan una vulnerabilidad preocupante: la flota anfibia estadounidense Marina de los EEUU, esencial para el desembarco y las operaciones de respuesta rápida, se encuentra en malas condiciones.
Un informe reciente del Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) destacó la precaria situación de Flota anfibia de la Armada de EE. UU..
Compuesto por 32 buques de asalto anfibio. (LHD/LHA), barcos de desembarco (LSD) y muelles de transporte anfibio (LPD), la flota enfrenta problemas que comprometen su papel de transporte de marines, aviones y otros vehículos en las operaciones global.
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Según el informe, la mitad de estos barcos se encuentran en “malas condiciones”, poniendo en duda su capacidad para cumplir su vida útil prevista.
La crisis no se limita al estado de los barcos. La Armada también enfrenta dificultades para mantener el mínimo exigido por ley de 31 buques hasta la década de 2030.
El impacto de estas deficiencias va mucho más allá de lo material: compromete el entrenamiento y la preparación de los marines, además de obstaculizar las operaciones en zonas estratégicas, como el Pacífico.
Problemas de mantenimiento y planificación en la Marina de los EE. UU.
Los problemas destacados por la GAO son diversos y afectan a toda la flota. Entre ellos destacan los siguientes:
- Retrasos crónicos de mantenimiento: Aproximadamente el 71% de los períodos de mantenimiento entre 2010 y 2021 se ampliaron, lo que resultó en casi 29 años de formación perdida.
- Falta de supervisión: Los contratistas realizaron trabajos de baja calidad, como en el USS Essex (LHD-2), donde hubo que rehacer las soldaduras, lo que generó retrasos y costos adicionales.
- Repuestos escasos: Barcos como el USS Wasp (LHD-1), con 35 años de servicio, adolecen de la falta de disponibilidad de componentes para sistemas de propulsión a vapor.
- Planificación inadecuada: Los intentos de retirar los barcos anticipadamente se llevaron a cabo sin la aprobación del Congreso, lo que empeoró la situación de los barcos que se mantenían en funcionamiento.
Incidentes recientes
Dos incidentes ocurridos en 2023 ilustran los efectos prácticos de los problemas de la flota:
- Boxeador ARG: El grupo, formado por el USS Boxer (LHD-4), el USS Somerset (LPD-25) y el USS Harpers Ferry (LSD-49), enfrentó retrasos en el mantenimiento y dificultades de despliegue. El USS Boxer, por ejemplo, sufrió un problema en el timón de estribor y tuvo que regresar a San Diego tras unos días de misión.
- USS América ARG: Este grupo no pudo operar como una unidad completa debido a la falta de disponibilidad de los tres buques necesarios, comprometiendo los ejercicios de entrenamiento y la presencia naval en zonas críticas.
La flota también perdió un barco anfibio adicional, el USS Bonhomme Richard (LHD-6), destruido en un incendio en el puerto en 2020. La respuesta inadecuada al incendio expone lagunas en la gestión de crisis.
El impacto de Force Design 2030
El Force Design 2030 del Cuerpo de Marines propone un cambio de doctrina, con un mayor enfoque en unidades más pequeñas y distribuidas, al tiempo que reduce el énfasis en los aterrizajes a gran escala.
A pesar de esta visión, los intereses en competencia, incluidas las demandas del Congreso, mantuvieron a los barcos anfibios como una prioridad.
Sin embargo, el futuro de estos buques sigue siendo incierto, especialmente considerando sus altos costos y desafíos de mantenimiento.
Costes crecientes y dificultades de modernización
La Armada planea extensiones de vida útil para mantener la flota de 31 buques, pero esto implica costos de hasta Mil millones de dólares por buque.
Además, los barcos nuevos no están exentos de problemas. EL USS Fort Lauderdale (LPD-28), con menos de tres años de servicio, enfrenta fallas de diseño y altos costos de mantenimiento.
Problemas como estos muestran que la modernización de la flota será un proceso largo y costoso.
Además, los retrasos crónicos en los períodos de mantenimiento generaron costos adicionales de 400 millones de dólares entre 2020 y 2022, lo que comprometió aún más el presupuesto.
Reacciones y caminos a seguir
Los líderes del Cuerpo de Marines y la Armada reconocen la gravedad de la situación y trabajan para mitigar los desafíos.
el almirante Lisa Franchetti afirmó que los servicios están comprometidos a superar los problemas de mantenimiento sin comprometer la capacitación. También destacó como prioridad la adquisición de nuevos anfibios.
Dos revisiones de la Marina que comenzarán en 2023 buscan comprender los problemas que afectan la preparación de la flota, pero el progreso ha sido limitado.
Mientras tanto, el GAO enfatiza que tener 31 buques anfibios no significa que estén todos operativos. Muchos llevan años fuera de servicio, comprometiendo sus capacidades de formación y movilización.
Algunos analistas cuestionan la necesidad de una flota anfibia tan grande, especialmente en escenarios de combate contra pares como China.
Los sistemas de defensa avanzados dificultarían los desembarcos a gran escala en el Pacífico. A pesar de esto, los buques siguen desempeñando un papel fundamental en otras misiones, como la evacuación de no combatientes y el apoyo a conflictos de menor intensidad.
El informe de la GAO reveló la profundidad de los desafíos que enfrenta la flota anfibia de la Marina de los EE. UU.
Resolver estos problemas requiere un esfuerzo coordinado entre la Armada, la Infantería de Marina, el Congreso y el Pentágono. Si bien se han logrado algunos avances, el camino para restablecer la preparación de la flota es largo y plagado de obstáculos.
La pregunta que queda es si la Armada podrá superar estas dificultades a tiempo para garantizar la seguridad y eficiencia de sus operaciones anfibias en un mundo cada vez más volátil.
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