El etanol podría utilizarse como combustible en los coches eléctricos
La transición a nuevos combustibles, como el etanol y el hidrógeno, es una cuestión fundamental para la sostenibilidad del sector de la automoción. Y la buena noticia es que Brasil está a la vanguardia en el desarrollo de tecnologías capaces de hacer que esta transición sea más rápida y eficiente.
Sin embargo, la transición a nuevos combustibles ha sido uno de los grandes retos de industria automotor. Sin embargo, una tecnología desarrollada en Brasil puede ser una solución viable y sostenible para esta transición. Según investigadores de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), es posible utilizar etanol como combustible para vehículos eléctricos.
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Microreformer: la pieza clave para que suceda la magia
La tecnología funciona a través de un microreformador, una pieza que realiza una reacción química que transforma el etanol en hidrógeno. Este hidrógeno, a su vez, genera electricidad, que se utiliza para mover el coche eléctrico. Según los investigadores, esta tecnología es más eficiente que la producción de hidrógeno a partir del agua, más habitual en otras tecnologías de coches eléctricos.
Sin embargo, la tecnología desarrollado en brasil puede ayudar en la transición a vehículos propulsados por nuevos combustibles, haciendo que esta transición sea más rápida y eficiente. Con la producción de etanol de segunda generación y el desarrollo de proyectos para la producción de hidrógeno a partir de fuentes renovables, Brasil se consolida como un país líder en la búsqueda de soluciones sostenibles para la industria automotriz.
El etanol y el hidrógeno son fuentes de energía sostenibles a las que se apunta cada vez más
El etanol es una opción de combustible más sostenible que los derivados del petróleo, ya que se produce a partir de fuentes renovables como la caña de azúcar. Además, la tecnología brasileña permite la producción de etanol de segunda generación a partir del bagazo de caña de azúcar, lo que hace que la producción sea aún más eficiente y sostenible.
El hidrógeno es otra opción de combustible limpio que ha ganado protagonismo en la industria automotriz. La tecnología brasileña también avanza en esta área, con proyectos para la producción de hidrógeno a partir de fuentes renovables, como la biomasa.
Beneficios de usar etanol
Además de ser una fuente de combustible más sostenible que el petróleo, el etanol es un producto ampliamente disponible en Brasil, que es uno de los mayores productores de caña de azúcar del mundo. Con el uso de esta tecnología, el consumidor podría alimentar su vehículo eléctrico con etanol, que sería más económico y tendría un mayor rendimiento. Esto se debe a que, según los investigadores, la tecnología permite el uso de etanol más diluido en agua de lo habitual, lo que aumentaría el kilómetro recorrido por litro de etanol.
El hidrógeno podría aumentar la producción en los próximos años y reducir el uso de combustible
Aún en el sector de los biocombustibles, existen otras opciones que pueden ayudar en la transición hacia vehículos más sostenibles. El hidrógeno, por ejemplo, es una apuesta prometedora. Sin embargo, su producción aún no es factible debido al alto costo. Pero una tecnología desarrollada en Brasil podría cambiar ese escenario.
En el estado de Minas Gerais, investigadores de la Universidad Federal de Uberlândia desarrolló un proceso innovador para producir hidrógeno a partir de residuos agrícolas y agroindustriales. Mediante un reactor electroquímico es posible obtener hidrógeno a partir de materiales como bagazo de caña de azúcar, cascarilla de café y residuos de celulosa.
Además, la tecnología tiene un diferencial importante. Después de todo, el proceso se lleva a cabo a temperatura ambiente. De esta forma, se reduce el coste de producción. Esta técnica puede hacer factible la producción de hidrógeno a gran escala y contribuir a la transición de los combustibles fósiles a fuentes más limpias y sostenibles.
Finalmente, es importante resaltar que la investigación y las innovaciones en el sector de los biocombustibles son fundamentales para la búsqueda de alternativas a los combustibles fósiles, que generan contaminación y contribuyen al calentamiento global. El uso de tecnologías como el microrreformador de etanol y la producción de hidrógeno a partir de residuos agrícolas y agroindustriales son ejemplos de cómo la ciencia puede contribuir a un futuro más sostenible.
