En un escenario donde llenar el tanque del auto se ha convertido prácticamente en una inversión de alto riesgo, algunos brasileños decidieron recurrir a la creatividad, sólo que esta vez, una creatividad que puede resultar costosa. Es el turno de la llamada “gasolina casera”, una mezcla de gasolina convencional y aceite de cocina usado que, aunque promete aliviar la cartera, está alarmando a mecánicos y ecologistas.
Mientras el combustible caro en Brasil alcanza nuevos récords, algunos conductores están recurriendo a soluciones inusuales y a menudo arriesgadas. Las redes sociales están llenas de reportajes y “tutoriales” sobre cómo producir gasolina casera, un combustible alternativo que ya no es una broma para muchos conductores y se ha convertido en una práctica real. Pero, en medio del intento de ahorrar, los expertos advierten: los ahorros de hoy podrían convertirse en una pérdida mucho mayor mañana.
Riesgos mecánicos y ambientales de la gasolina casera.
El uso de gasolina casera plantea serios problemas. Según el ingeniero mecánico Erwin Franieck, la mezcla perjudica la combustión del combustible, afectando la eficiencia del motor. Con una combustión más lenta y menos eficiente, el consumo de combustible tiende a aumentar, anulando cualquier ventaja financiera que la práctica pueda sugerir.
Además, esta mezcla puede provocar la oxidación de piezas vitales del motor, como boquillas de inyección, pistones y catalizadores, debido a la proliferación de bacterias y la acumulación de capas pegajosas en los componentes.
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Y no es sólo el coche el que sufre: el medio ambiente también paga un precio. La gasolina casera aumenta las emisiones contaminantes, dañando la calidad del aire. Franieck compara esta práctica con la eliminación inadecuada de residuos y destaca el preocupante impacto medioambiental de un combustible improvisado y no regulado.
Mayor daño a los motores turbo.
Si la gasolina casera ya es riesgosa para los motores comunes, para los turbo es prácticamente letal. Eso porque los motores turbo requieren un combustible con gran capacidad antidetonante, que no se consigue mezclando con aceite de cocina. Por lo tanto, la gasolina casera en estos motores acelera los daños, dañando el sistema aún más rápidamente y potencialmente provocando costosas reparaciones.
La creatividad es cara
La creatividad de los brasileños para eludir los precios abusivos es admirable, pero, en este caso, podría terminar costando el doble. Ahorrar dinero en combustible es un deseo legítimo, pero arriesgar tu coche y el medio ambiente con gasolina casera no es la forma más segura.
La solución más sensata es buscar formas comprobadas de ahorrar combustible, como un mantenimiento periódico y buenas prácticas de conducción, sin comprometer la durabilidad del vehículo y sin afectar al medio ambiente.
Mientras el combustible caro en Brasil siga siendo una realidad, Corresponde a los conductores decidir entre ahorrar que vale la pena y que puede ser un verdadero tiro en el pie.