Los documentos de OpenAI revelan tensiones entre Elon Musk y la organización. El multimillonario intentó hacerse con el control mayoritario e integrar la empresa en Tesla. Hoy enfrenta disputas legales contra OpenAI y Microsoft, mientras el sector de la IA continúa transformándose.
La disputa entre Elon Musk y OpenAI ganó nuevos capítulos con la revelación de correos electrónicos que traen detalles sorprendentes sobre el detrás de escena de la organización.
Detrás de la apariencia de un proyecto colectivo con fines altruistas, los mensajes revelan los ambiciosos planes de Musk para hacerse con el control mayoritario de OpenAI, indicando una batalla de intereses que marcó la trayectoria de la empresa.
Según información difundida por OpenAI en respuesta a una demanda federal presentada por el multimillonario, Musk intentó, en 2017, tomar el mando como CEO y controlar entre el 50% y el 60% de la organización.
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OpenAI, que nació con el objetivo de ser una organización sin fines de lucro, vivió momentos de gran tensión interna, especialmente cuando Musk sugirió que el control inicial de la empresa se centralizara en sus manos, aunque fuera temporalmente.
El comienzo de las tensiones
El año 2017 fue decisivo para la historia de OpenAI.
En ese momento, la empresa ya estaba demostrando avances notables en el área de la inteligencia artificial, como el desarrollo de un sistema que derrotaba a los jugadores profesionales en el juego “Dota 2”.
Este hito llamó la atención de Musk, quien envió un correo electrónico a los cofundadores sugiriendo que era hora de dar “el siguiente paso”.
Sin embargo, lo que parecía un movimiento estratégico para el crecimiento de la empresa resultó ser un intento de Musk de controlar las operaciones.
Propuso cambios estructurales que le otorgarían poder absoluto sobre la junta directiva de OpenAI, así como condiciones para nombrar más directores que cualquier otro miembro de la organización.
Los mensajes de texto intercambiados entre el cofundador Greg Brockman y el ejecutivo Shivon Zilis confirmaron las demandas de Musk.
A pesar de las promesas de que el control sería transitorio, los demás miembros del consejo no cedieron a sus demandas.
La separación de Musk y nuevas acusaciones
Después de que las negociaciones fracasaran, Musk intentó, en 2018, incorporar OpenAI en Tesla, pero la propuesta fue rechazada.
La negativa llevó al empresario a dimitir de su cargo en el consejo de OpenAI, marcando el inicio de un distanciamiento que culminaría posteriormente en disputas legales.
Según The Washington Post, Musk afirma que lo engañaron para convertir OpenAI en una empresa rentable, una medida que considera una traición al propósito original del proyecto.
En un nuevo capítulo de esta disputa, Musk amplió su caso legal, incluyendo a Microsoft como demandado.
El multimillonario acusa al principal inversor de OpenAI de prácticas anticompetitivas y de violar las leyes antimonopolio, en una disputa que promete continuar en los tribunales.
Transformación y desafíos de OpenAI
Mientras Musk lucha en los tribunales, OpenAI sigue consolidando su posición en el mercado.
En octubre de 2024, la empresa recaudó la impresionante cantidad de 6,6 millones de dólares (39,87 millones de reales) en nuevas inversiones, alcanzando una valoración de mercado de 157 millones de dólares (948,65 millones de reales).
A pesar del éxito financiero, los cambios estructurales y la salida de importantes ejecutivos, como la CTO Mira Murati, apuntan a desafíos internos.
La organización busca adaptarse a un modelo de negocio más tradicional, manteniendo su relevancia en un escenario competitivo.
Como informó OpenAI, las tensiones entre Musk y la junta directiva surgieron de demandas que la empresa consideró irrazonables.
En una publicación en el blog oficial, la organización afirmó que Musk debería competir en el mercado y no acudir a los tribunales.
El impacto de las disputas sobre la inteligencia artificial
La controversia que rodea a Musk y OpenAI plantea cuestiones fundamentales sobre el futuro de la inteligencia artificial.
La promesa inicial de desarrollar tecnologías en beneficio de la humanidad dio paso a enfrentamientos corporativos que podrían determinar la dirección del sector.
Ahora, con Microsoft también involucrada en la disputa, la evolución de este caso podría redefinir la relación entre los grandes inversores, las empresas tecnológicas y la búsqueda de innovación.
Ante tantos conflictos, la pregunta sigue siendo: ¿hasta qué punto las ambiciones personales de Elon Musk pueden influir en el futuro de la inteligencia artificial?