¿Cómo podrían los rayos X generados por explosiones nucleares ser la solución para desviar un asteroide asesino y salvar a la Tierra de una catástrofe inminente? Entiende esta sorprendente tecnología
La amenaza de un asteroide en curso de colisión con la Tierra es un escenario apocalíptico que ha despertado temores durante siglos. Sin embargo, una bomba nuclear, una tecnología que alguna vez fue diseñada para causar destrucción masiva, puede, irónicamente, ser la clave para nuestra supervivencia, evitando el fin del mundo.
Un estudio reciente sugiere el uso de bombas nucleares, específicamente a través de su poderoso rayos x, podría usarse para desviar asteroides que amenazan nuestra planeta, evitando el fin del mundo.
Este enfoque innovador podría convertirse en una herramienta fundamental en la defensa planetaria, ofreciendo una nueva solución a uno de los mayores desafíos de la humanidad.
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¿Una nueva estrategia para defender el planeta y evitar el fin del mundo?
La idea de utilizar una bomba nuclear puede parecer contradictoria a primera vista, pero, en teoría, es bastante sencillo prevenir el fin del mundo. Al detonar un dispositivo nuclear cerca de un asteroide, se liberaría una ráfaga de rayos X, partículas de alta energía capaces de calentar la superficie del asteroide.
Este calor extremo provocaría que parte del material del asteroide se vaporizara, siendo expulsado al espacio. Este proceso crearía un empuje similar al de un cohete propulsor, capaz de empujar al asteroide fuera de su trayectoria fatal.
El concepto fue probado en el laboratorio por un equipo dirigido por Nathan Moore, de Laboratorios Nacionales Sandia. Utilizando una máquina de rayos X capaz de fundir diamantes, llevaron a cabo experimentos con pequeños objetos parecidos a asteroides.
Al calentar sus superficies con rayos X, el material vaporizado fue expulsado, impulsando los objetos en la dirección opuesta. Este efecto de propulsión, como se ha demostrado en simulaciones, podría desviar asteroides de hasta cuatro kilómetros de diámetro.
"Sabíamos que estábamos en un camino prometedor desde el principio.”, afirmó Moore. "Este efecto cohete es exactamente lo que necesitamos en un escenario de desviación de un asteroide".
Limitaciones de los impactos cinéticos
La nueva técnica de desviación basada en rayos X está inspirada en la exitosa misión DART de la NASA, que en 2022 hizo colisionar intencionalmente una nave espacial con el asteroide Dimorphos.
La misión DART demostró la eficacia del impacto cinético para alterar la trayectoria de un asteroide. Sin embargo, el enfoque de Moore ofrece una ventaja significativa: los rayos X podrían desviar asteroides sin necesidad de colisiones físicas.
El consenso en la comunidad de defensa planetaria es que los rayos X de una explosión nuclear pueden ser la única opción viable en los casos en que el tiempo de alerta es corto. Sin embargo, el uso de dispositivos nucleares en el espacio sigue siendo un tema controvertido.
Un fracaso en el proceso podría resultar en la dispersión de material radiactivo a la atmósfera, además de desafíos geopolíticos relacionados con el uso de armas nucleares. A pesar de estas preocupaciones, muchos científicos creen que esta tecnología sería la solución más eficiente para asteroides de gran tamaño o en situaciones de emergencia inminente.
Los impactos cinéticos, como el llevado a cabo por la misión DART, sólo son efectivos cuando el asteroide se detecta con años de antelación. En escenarios donde hay menos tiempo de preparación, los rayos X podrían ofrecer una solución más inmediata y potente.
Además, es menos probable que este enfoque rompa el asteroide en fragmentos más pequeños, lo que podría dar lugar a que llueven sobre la Tierra trozos más pequeños y aún peligrosos. Las explosiones nucleares directas, aunque impresionantes en el cine, pueden ser muy arriesgadas en la realidad, ya que una fuerza excesiva puede crear nuevos problemas en lugar de resolver el original.
¿Que viene despues?
Los primeros experimentos realizados por el equipo de Moore se realizaron en una cámara de vacío. Utilizaron un asteroide falso del tamaño de un arándano, hecho de cuarzo, un material que se encuentra comúnmente en las rocas espaciales.
Al exponer este pequeño objeto a una explosión de rayos X, la superficie calentada se vaporizó, creando una columna de gas que actuó como propulsor. El asteroide fue expulsado de la fuente de rayos X a una velocidad de unos 250 km/h.
Las pruebas con otros materiales, como la sílice fundida, mostraron el mismo efecto. Estos resultados experimentales se incorporaron a simulaciones por computadora, que indicaron que una explosión de una bomba nuclear de rayos X podría desviar asteroides de hasta cuatro kilómetros de ancho.
Aunque esta configuración experimental es una miniatura de lo que se necesitaría en una misión real, las pruebas ofrecen una forma segura y práctica de validar la técnica sin necesidad de detonaciones nucleares en el espacio.
El siguiente paso es ampliar estas pruebas a materiales diferentes y más complejos, como el hierro y compuestos multiminerales, que imiten mejor las rocas espaciales reales. "Yesto es solo el comienzo”, explicó Moore. “Los asteroides pueden estar compuestos de una variedad de minerales y necesitamos probar diferentes escenarios para garantizar la efectividad de la técnica.."
A pesar de los desafíos, el equipo de Moore es optimista sobre el futuro. El éxito de la misión DART y los prometedores descubrimientos de sus investigaciones indican que la humanidad avanza en la construcción de un arsenal tecnológico capaz de protegernos de uno de los mayores peligros cósmicos.