Multinacionales como LVMH, Volkswagen y L'Oréal enfrentan caídas de ventas, competencia feroz y desafíos económicos en China mientras evalúan estrategias para sobrevivir a la desaceleración de la segunda economía más grande del mundo.
China, alguna vez vista como el motor económico del mundo, ahora enfrenta vientos en contra que desafían su posición como mercado clave para las empresas globales. Después de décadas de crecimiento explosivo y transformación sin precedentes, la segunda economía más grande del planeta atraviesa ahora un período de estancamiento. ¿Estamos asistiendo al fin de la moderna “Ruta de la Seda”?
En los últimos años, varias multinacionales occidentales comenzaron a revalorizar su presencia en el gigante asiático. Motivos como la crisis económica, las tensiones geopolíticas y la feroz competencia están llevando a las empresas a repensar sus estrategias. Pero, ¿qué está pasando exactamente y qué sectores se están viendo más afectados?
El impacto de la economía china en el mundo
Entre 2001 y 2020, China impresionó al mundo al crecer de un PIB de 1,2 billones de dólares a más de 15 billones de dólares. Con ello se consolidó como la segunda economía global y amenazó el liderazgo de Estados Unidos. Sin embargo, el período pospandemia reveló debilidades estructurales que socavan el crecimiento del país.
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Las crisis en el mercado inmobiliario, el aumento de la deuda corporativa y la baja demanda interna son algunos de los obstáculos que China debe superar. La confianza del consumidor se tambalea y esto afecta directamente al mercado global, ya que el país es uno de los mayores consumidores de artículos de lujo, alimentos y tecnología.
La desaceleración económica en China no sólo afecta a la mercado interno, pero también sacude a las economías que dependen de él como su principal socio comercial. La crisis del mercado inmobiliario, por ejemplo, no es sólo una cuestión interna, sino una bomba de tiempo que podría afectar a los bancos e inversores globales.
La salida estratégica de las empresas occidentales
El sector del lujo, que siempre ha contado con China como uno de sus mercados más lucrativos, está sufriendo. Marcas como LVMH, Kering y Hermès registraron una caída en sus ventas debido al cambio en el comportamiento del consumidor chino. Después de años de alto consumo, especialmente entre los más ricos, el público local es ahora más cauteloso.
Acciones como ampliar las ventas online y abrir nuevas tiendas han sido intentos de las marcas por minimizar las pérdidas, pero la confianza del consumidor aún está lejos de recuperarse.
Las aerolíneas tampoco escaparon a la crisis. Empresas como Finnair, British Airways y Lufthansa han reducido drásticamente sus rutas a China. Los crecientes costos debido al cierre del espacio aéreo ruso, combinados con la baja demanda, han hecho que estas operaciones sean menos viables.
Ni siquiera gigantes como L'Oréal son inmunes. La caída de la demanda de productos de belleza y cuidado de la piel está obligando a las empresas a adaptar sus estrategias, como reducir precios y reconfigurar sus canales de venta.
La guerra comercial y los fabricantes de automóviles
El ascenso de marcas chinas como BYD ha puesto a gigantes occidentales como Volkswagen y Tesla en una posición incómoda. La fuerte competencia local está redefiniendo el mercado automotriz, especialmente en el segmento de vehículos eléctricos.
En respuesta al aumento de los aranceles impuestos por Estados Unidos y Europa, el gobierno chino adoptó medidas de represalia, aumentando aún más el clima de tensión. Estas disputas impactan directamente en sectores como el de alimentos y bebidas, además de incrementar el costo de los productos para los consumidores globales.
Estrategias para afrontar la crisis
Empresas como Danone y Nestlé están invirtiendo en productos más especializados para seguir siendo competitivas. Los recortes de precios y la expansión de los canales digitales han sido estrategias comunes para atraer consumidores.
Mientras algunas empresas abandonan el mercado, otras, como Apple, continúan invirtiendo fuertemente, ofreciendo descuentos agresivos y fortaleciendo asociaciones locales.
La relación entre innovación tecnológica y competencia local
Las empresas de tecnología como Apple enfrentan el desafío de competir con marcas locales que ofrecen productos igualmente avanzados pero a precios más asequibles. Esta feroz competencia está obligando a los gigantes occidentales a diversificar sus operaciones e invertir en otros mercados, como la India.
China sigue siendo una potencia económica, pero los días de crecimiento desenfrenado parecen haber quedado atrás. Para las empresas occidentales, reducir su presencia en el país es tanto una cuestión de supervivencia como de adaptación a un panorama global en constante cambio.
¿El fin de la moderna “Ruta de la Seda” significa la El comienzo de una nueva era para la economía. ¿mundial? Lo que está claro es que el mundo está aprendiendo a navegar sin depender tanto del gigante asiático.
Se acabó, ahora estas medidas ya no tendrán ningún efecto. Ya conseguiste lo que querías, que era absorber la tecnología occidental. La codicia del capitalismo probó su propio veneno, subestimó a los chinos, pensando que era una letrina de Estados Unidos, pensando que siempre copiarían lo que Occidente enviaba para fabricar allí más barato. Sin embargo, los chinos han invertido mucho en educación e investigación durante décadas, desde la década de 50, y aquí está el resultado.
Ahora Inés está muerta. Olvidaron lo que dijo Napoleón sobre China.
Los chinos ya lo han conseguido*
Desafortunadamente, China tuvo que rendirse al capitalismo para poder crecer.
China hoy tiene la combinación que nadie tiene: la competencia del capitalismo y la organización y disciplina controladas con mano de hierro del comunismo radical.
Hay comunismo con un mercado de capitales libre. El gobierno chino es un dictador. Así es. No hay nada sobre el comunismo. Excesivo régimen de gobierno y libre Mercado Económico.
¡Ríndete al capitalismo! Era esto o continuar con la ejecución de millones de chinos por el hambre que genera la economía “socialista”. Lo que queda del socialismo son los idiotas del quinto mundo, que están seguros de que el dinero cae del cielo. Mejorar. No te saltes los capítulos de la obra marxista que trata sobre la Producción. ¿Qué están haciendo los chinos?
Contiene errores de ortografía.
Esta situación es extremadamente común en la Economía. ¡La estabilidad no existe! (Gracias a Dios por eso).