Aprobado por el Senado, el proyecto que promete regular la energía marina incluye incentivos para el carbón, uno de los combustibles más contaminantes, y podría generar desgravaciones fiscales de hasta R$ 1 billón, impactando directamente a los consumidores y a la transición energética en Brasil.
Brasil dio un paso importante en la regulación de la energía eléctrica marina, no sin generar polémica. El Marco Regulatorio para la Exploración de Energía Marina, recientemente aprobado por el Senado, trae medidas para ampliar la generación de energía renovable. Sin embargo, la inclusión de incentivos para el carbón, uno de los combustibles fósiles más contaminantes, provocó malestar entre expertos y parlamentarios.
Con un costo estimado de R$ 595 mil millones en exenciones fiscales hasta 2050, esta decisión pone en duda el compromiso de Brasil con la transición energética. Al final, estamos mirando hacia el futuro ¿O insistir en prácticas obsoletas?
El marco regulatorio de la energía marina
La energía eléctrica marina se refiere a la generación de energía a partir de fuentes como la eólica y la solar marinas. Esta tecnología es prometedora para países con vastas costas marítimas, como Brasil, que tiene una de las matrices de energía renovable más grandes del mundo.
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El Marco Regulatorio busca organizar la exploración de estas fuentes en Brasil. Establece reglas para el uso de áreas marítimas, brinda incentivos a la industria nacional y prohíbe operaciones en lugares de valor ambiental, cultural o estratégico. Sobre el papel, parece un progreso. Pero los cambios en el texto crearon un dilema ético y financiero.
Incentivo al carbón: un paso atrás en la transición energética
En la práctica, esto significa que dinero que podría usarse en otras áreas, como salud, educación o infraestructura, se utilizará indirectamente para apoyar la operación de termoeléctricas, encareciendo el costo final para las arcas públicas y, posiblemente, para los consumidores.
El carbón se incluyó en el proyecto debido a presiones políticas. Los defensores sostienen que la matriz energética brasileña todavía necesita este recurso. Sin embargo, Los críticos afirman que esta inclusión está desalineada con los objetivos de transición energética y el tema central del proyecto.
Los incentivos al carbón podrían costar R$595 mil millones en exenciones fiscales para 2050. União Pela Energia estima un aumento del 11% en las facturas de electricidad de los brasileños. Desde el punto de vista medioambiental, las centrales eléctricas alimentadas con carbón contribuyen significativamente a las emisiones de CO₂, lo que perjudica los esfuerzos por mitigar el cambio climático.
Contradicciones y críticas al proyecto.
Los parlamentarios estaban divididos. Mientras algunos defienden la medida como esencial para la seguridad energética, otros, como el senador Randolfe Rodrigues, destacan la contradicción de incluir incentivos al carbón en un proyecto centrado en las energías renovables.
Los “jabutis”, dispositivos ajenos al tema principal, crean obstáculos. La inclusión del carbón representa una desviación del enfoque renovable y podría retrasar la consolidación de Brasil como líder en energías limpias.
El futuro de la energía marina en Brasil
La energía eólica marina es una de las más prometedoras de Brasil, con potencial para abastecer a millones de hogares. Lo mismo ocurre con la solar, que podría complementar la matriz energética de forma limpia y eficiente.
Si bien el proyecto trae avances, su ejecución dependerá de la voluntad política, las inversiones privadas y la superación de desafíos técnicos, como infraestructura y logística.
El marco regulatorio de la energía marina es un hito importante, pero la inclusión de incentivos al carbón genera dudas sobre el rumbo de Brasil en la transición energética. Es fundamental que el país invierta en fuentes renovables y evite reveses que perjudiquen el medio ambiente y la economía.
Es importante identificar a los individuos (parlamentarios mal intencionados, en este caso) responsables de este revés.