En Brasil, el escenario es grave: ¡el déficit de profesionales digitales debería seguir creciendo a un ritmo de 24 personas al año!
Profesionales digitales, ingenieros de software, programadores, diseñadores. Son muchos los profesionales de TI (tecnología) encargados de crear y desarrollar las diversas soluciones tecnológicas que hoy se encuentran en práctica en las grandes empresas, así como de desarrollar investigaciones para buscar nuevas alternativas para cada desafío que se presente.
La incorporación de nuevas tecnologías que atienden los diferentes tipos de demandas y servicios ha cambiado considerablemente nuestra forma de vivir, trabajar, aprender y relacionarnos. Sin embargo, ninguna tecnología ha logrado reemplazar el potencial humano, al menos hasta hoy, de manera definitiva.
Low-code: una alternativa a la falta de profesionales de TI en Brasil, ¡que podría llegar a un número alarmante de más de 300 personas para 2024!
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Low-code: una alternativa a la falta de profesionales de la tecnología en Brasil
Y la pregunta es: no hay suficientes profesionales en cantidad y formación requerida. En Brasil, el escenario es grave: investigación realizada por BrazilLAB y Fundação Brava, en alianza con el Centro de Impacto Público (CPI), dice que, si no se toman medidas, Se prevé que la escasez de profesionales digitales siga creciendo a un ritmo de 24 personas al año y podría llegar a una cifra alarmante de más de 300 personas para el año 2024.
Conocidos como bootcamps o edtechs, son muchas las iniciativas que han surgido en los últimos años para asegurar la formación de profesionales en la cantidad y calidad necesarias. Prometen formar programadores en meses e incluso semanas, aplicando conceptos didácticos innovadores, como Ritmo propio, peer-to-peer e aprendizaje en base a proyectos.
Existe la necesidad de formar personas que sepan trabajar colaborativamente, sean especialistas en el aprendizaje y estén disponibles para los cambios vertiginosos de este mercado.
Con el objetivo de aportar más fluidez, autonomía y rapidez, las denominadas herramientas Código bajo e sin código. Con ellos, cualquier organización puede desarrollar soluciones tecnológicas, aunque sus empleados no sean expertos en R, Java o Python.
las tecnologías Código bajo e sin código se basan en la transformación digital de todas las empresas, que ya no segrega a las empresas tecnológicas de aquellas que no tienen la tecnología como core business. Todas las empresas se consideran tecnológicas y, de alguna manera, utilizan soluciones digitales para ofrecer sus productos y/o servicios. Es decir, esto también significa que la producción de tecnologías debe ser accesible y simple para quienes no son expertos en programación. Por lo tanto, estas plataformas se crearon con el objetivo de maximizar el poder de los equipos de TI, reduciendo o incluso eliminando la cantidad de código necesario para desarrollar soluciones.
Con capacitación y conocimientos básicos, los usuarios pueden desarrollar herramientas con poca o ninguna programación con un entorno dedicado. Y el escenario para este mercado es muy positivo. Según el análisis de la consultora Gartner, para 2024, más del 65% del software y las aplicaciones se desarrollarán en low-code, con una expansión promedio del 40% anual.
La llamada Código bajo denomina a las plataformas “código bajo”. Esta fue la primera modalidad en ganar espacio, trayendo componentes listos para que los profesionales los utilicen en sus aplicaciones, permitiendo además la personalización y creación de nuevos elementos. Con él es posible, por ejemplo, crear aplicaciones, automatizar procesos, proporcionar informes y cuadros de mando en tiempo real, todo ello sin necesidad de un conocimiento más profundo de lenguajes de programación.
La reducción de la programación: la Sin código
Ya sin código luego se difundió y permitió la reducción total de la programación, es decir, el profesional no necesita preocuparse por tener experiencia y conocimientos previos en el desarrollo de código. La creación de software se realiza a través de una interfaz con modelos que reúnen varias acciones. O sin código está dirigido principalmente a micro y pequeños empresarios, que tienen una baja demanda de TI. Ya existen varias plataformas en el mercado, ampliamente difundidas en sus nichos, que forman parte de esta modalidad con poco código.
Según un estudio de Deloitte, sólo el proceso de construcción de códigos con la Código bajo puede ser de un 50% a un 90% más rápido que un enfoque tradicional, debido a que el software cuenta con comandos que crean líneas automáticamente, facilitando el desarrollo de aplicaciones por parte de quienes no conocen el lenguaje de programación, beneficiando también a quienes dominan esta tecnología, ya que libera tiempo para que estos profesionales desarrollen soluciones más complejas y disruptivas. O low y el sin código consolidó el concepto de desarrollador ciudadano en el mundo de la tecnología. El término representa a personas que no tienen experiencia en tecnología, pero que son capaces de crear soluciones específicas para su propio trabajo.
Según el informe, el mercado movió alrededor de US$ 13,8 mil millones (R$ 72,67 mil millones) en todo el mundo en 2021, un crecimiento del 22,6% frente a 2020, cuando se alcanzó la cifra de US$ 11,2 mil millones (BRL 58,98 mil millones). . tanto el Código bajo cuanto sin bacalaoy tienen un desafío común: popularizar la cultura de los códigos pequeños o nulos en el mercado brasileño. Es necesario comprender, de hecho, el potencial de estas tecnologías y adoptarlas considerando el contexto nacional.
Aún con la sustitución de las demandas humanas por las tecnologías digitales, el escenario sigue siendo propicio para que las personas sean sus protagonistas en la creación y desarrollo de estas estrategias. Lo que no se puede negar es la democratización que estas tecnologías han logrado traer. A través de ellos, las organizaciones, incluso pequeñas y con pocos recursos, pueden ingresar al universo digital, y los profesionales de las más diferentes áreas de actividad obtienen apoyo para mejorar su trabajo y ser más ágiles en la resolución de problemas.