La propuesta que puede transformar la vida de los trabajadores brasileños se debate en el Senado y promete cambios profundos en la jornada semanal de trabajo sin reducción salarial, afectando a empresas, sindicatos y la rutina del país.
Una propuesta que se tramita actualmente en el Senado Federal podría cambiar profundamente la rutina de los trabajadores brasileños al reducir gradualmente la jornada laboral semanal a 36 horas, sin reducción salarial y con dos días de descanso obligatorio.
La propuesta de enmienda a la Constitución (PEC) 231/1995 volvió al centro de los debates políticos después de años de espera y fue objeto de una audiencia pública en la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) del Senado, realizada el pasado martes (8).
De autoría del senador Paulo Paim (PT-RS), la propuesta prevé que la reducción ocurrirá de forma escalonada: 40 horas semanales durante el primer año tras la aprobación, con reducción de una hora por año hasta alcanzar las 36 horas.
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El relator de la PEC, senador Rogério Carvalho (PT-SE), ya emitió dictamen favorable al proyecto., incluidas enmiendas que garantizan derechos importantes durante la transición, como irreducibilidad salarial y derecho a dos días de descanso semanal.
Según él, se trata de una actualización necesaria de las relaciones laborales, que puede contribuir al bienestar físico y mental de los brasileños, además de estimular la generación de nuevos empleos.
Debate reúne a representantes del gobierno y la sociedad civil
En la audiencia pública participaron representantes de entidades gubernamentales y movimientos sociales vinculados a la agenda de trabajo y salud mental.
Entre los participantes se encontraban: Shakti Prates Borela, auditor fiscal y asesor técnico de la Secretaría de Relaciones Laborales del Ministerio del Trabajo, y abel santos, coordinador de Movimiento Vida Más Allá del Trabajo (IVA) en el Distrito Federal.
También fueron invitados al debate. Rick Azevedo, fundador del IVA, diputado federal Erika Hilton (PSOL-SP), el diputado Reginaldo Lopes (PT-MG) y un representante de la Ministerio de la Mujer, quien discutió los impactos sociales y económicos del posible cambio.
La principal defensa de los partidarios del PEC es que reducir la jornada semanal de trabajo sin reducir los salarios podría ser una forma de combatir el desempleo estructural en Brasil..
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la tasa de desempleo en el país, aunque ha disminuido en los últimos trimestres, todavía afecta a millones de brasileños, especialmente a jóvenes, mujeres y personas negras.
Menos horas de trabajo, mejor calidad de vida
Los defensores de la propuesta señalan que la semana laboral actual, fijada en 44 horas, ya no corresponde a la realidad de muchos países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)., donde la carga de trabajo promedio es menor que en Brasil.
Estudios internacionales han demostrado los beneficios de una semana laboral reducida.
En el Reino Unido, un experimento realizado en 2022 por 61 empresas adoptó una semana laboral de 4 días, sin reducción salarial, y los resultados fueron positivos tanto para los empleados como para los empleadores..
Según el informe final de la iniciativa, hubo Mayor productividad, menor estrés y menores tasas de ausencias por enfermedades mentales.
En Islandia se llevó a cabo un experimento similar entre 2015 y 2019 y también arrojó resultados significativos.
Los trabajadores reportaron mayor satisfacción personal y equilibrio entre vida laboral y personal, sin pérdida de eficiencia.
Estos casos internacionales refuerzan el argumento de que la productividad puede mantenerse —o incluso mejorarse— con horarios de trabajo más reducidos..
Impactos en el mercado y la economía
A pesar del creciente apoyo, La propuesta también enfrenta resistencia de sectores empresariales y parte de la clase política..
Los críticos dicen que reducir las horas de trabajo podría aumentar los costos para los empleadores, especialmente en sectores como el comercio, la industria y los servicios, donde la presencia constante de los trabajadores se considera esencial.
Entidades como la Confederación Nacional de la Industria (CNI) y la Confederación Nacional de Comercio (CNC) han mostrado preocupación por la implementación de la medida, alegando que puede generar dificultades operativas y comprometer la competitividad de las empresas.
Aún así, los expertos en economía laboral argumentan que, con planificación e incentivos, se pueden mitigar los impactos negativos, especialmente si el cambio se hace de manera gradual, como propone el PEC.
Según el relator Rogério Carvalho, la PEC representa una oportunidad para que Brasil se alinee a las tendencias mundiales y priorice la salud mental de los trabajadores, sin comprometer la economía..
Sostiene que la transición a horas laborales más cortas podría abrir espacio para nuevas contrataciones, lo que ayudaría a reducir el desempleo y distribuir mejor las horas de trabajo. trabajos disponibles.
PEC es una agenda que toca el futuro del trabajo
El debate sobre las horas de trabajo semanales forma parte de un debate más amplio sobre el futuro de las relaciones laborales.
Con el avance de la automatización, la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías, existe un movimiento creciente a favor de reorganizar el tiempo de trabajo y valorar el tiempo libre como un derecho humano..
El Movimiento Vida Más Allá del Trabajo, representado en el debate por sus coordinadores, refuerza esta visión.
Según sus miembros, Trabajar menos horas es una forma de combatir el agotamiento, promover la igualdad de género —ya que muchas mujeres trabajan doble turno— y garantizar más tiempo para el cuidado personal, los estudios y la vida familiar..
Además, la reducción de la jornada laboral puede beneficiar a los trabajadores informales y autónomos, siempre que las políticas públicas estén diseñadas para llegar a ese segmento de la población, que representa alrededor del 40% de la fuerza laboral, según datos recientes del IBGE.
La expectativa es que la PEC avance en las siguientes etapas de trámite, siendo debatida en otras comisiones y, posteriormente, votada en el pleno del Senado y de la Cámara de Diputados..
Si se aprueba en dos vueltas con al menos tres quintos de los votos en cada Cámara, el cambio se incorporará a la Constitución Federal.
La propuesta reaviva uno de los debates más antiguos del mundo del trabajo, que cobró nueva fuerza tras la pandemia de Covid-19, cuando muchas personas comenzaron a reflexionar sobre el equilibrio entre productividad y bienestar..
Aunque todavía enfrenta desafíos políticos y económicos, la posibilidad de una semana laboral de 36 horas coloca a Brasil en el radar de las transformaciones modernas en el mercado laboral.
Y tú, ¿crees que una jornada laboral más corta puede realmente mejorar la calidad de vida y a la vez mantener la productividad? ¡Deja tu opinión en los comentarios!