Desarrollado en la Guerra Fría, el gigantesco camión soviético que transportaba misiles intercontinentales redefine la tecnología automotriz.
Durante la Guerra Fría, además de avances notables en el sector espacial y de armas, el período vio importantes avances en la tecnología. camiones, imprescindible para el transporte de armamento pesado, como el gran misil intercontinental. Fue entonces cuando surgieron grandes modelos de vehículos, entre los que destaca el camión soviético “buen compañero”.
El desafío de los vehículos enormes
El desarrollo de camiones Los misiles de gran escala se vieron impulsados por la aparición de armas cada vez más grandes, como el misil intercontinental RT-23 Molodets, apodado por la OTAN como el “buen compañero” o el “hombre valiente”.
Este misil, de más de 100 toneladas de peso y capaz de transportar hasta diez ojivas nucleares, requería un vehículo robusto para su transporte.
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En respuesta a esta necesidad, los soviéticos diseñaron el MAZ-7904 en los años 1980.
Con unas impresionantes dimensiones de 32 metros de largo, 6,8 metros de ancho y 3,45 metros de alto, el camión estaba equipado con neumáticos de 3 metros de diámetro, una hazaña que requirió ingenio técnico e incluso estrategias diplomáticas, como la manipulación de la verdad para convencer a fabricantes como Bridgestone. .
Equipado con dos motores, un V12 turboalimentado de 42 litros y otro para operaciones secundarias, el MAZ-7904 se sometió a pruebas en Kazajstán y resultó poco práctico debido a su gigantesca estructura.
El camión MAZ-7907: un gigante mejorado
Aprovechando las lecciones aprendidas del MAZ-7904, los soviéticos desarrollaron el MAZ-7907 en 1983.
Con 12 ejes y una compleja ingeniería de tracción 24×24 en todas las ruedas, el vehículo mide 28,1 metros de largo, 4,69 metros de ancho y 4,45 metros de alto.
Diseñado por Boris Lvovich Shaposhnik en Minski Awtomobilny Zavod (MAZ), el MAZ-7907 fue una hazaña tecnológica con suspensión independiente en cada rueda y un chasis dividido para una mejor maniobrabilidad.
Con un MECÁNICA Con 1.250 CV y 24 motores eléctricos de 30 kW cada uno, el MAZ-7907 podría transportar cargas de hasta 150 toneladas para soportar el misil.
A pesar del éxito de las pruebas, el proyecto se detuvo al final de la Guerra Fría, lo que llevó a que los misiles se transportaran en tren, mientras que el camión se utilizó finalmente para transportar un barco en un viaje lento y desafiante, alcanzando sólo 10 km/h. en promedio.
Desde 1996, el MAZ-7907 ha permanecido en la fábrica de MAZ, convirtiéndose en un símbolo de los avances soviéticos en tecnología de transporte durante un período de intensas rivalidades internacionales.
Desafíos y limitaciones del MAZ-7907
A pesar de sus impresionantes capacidades, el MAZ-7907 enfrentó importantes desafíos.
Debido a su longitud excepcional, surgieron preocupaciones sobre su resistencia estructural, lo que llevó a los ingenieros a dividir el chasis en dos partes con una articulación central limitada.
Esto permitía una mayor flexibilidad a la hora de conducir y mover el misil, pero aún presentaba limitaciones en términos de maniobrabilidad, especialmente en entornos urbanos o terrenos irregulares.
La complejidad técnica del MAZ-7907 se extendió también a su funcionamiento. Con una cabina operada por un Conductor y dos asistentes, controlar el vehículo requería una coordinación precisa debido a su amplia configuración y sus ocho ejes direccionales.
El radio de giro de 28 metros destacó la necesidad de un amplio espacio de maniobra, lo que refleja los desafíos prácticos enfrentados durante su desarrollo y pruebas.
Impacto y legado del camión soviético
Aunque fue cancelado tras el final de la Guerra Fría, el MAZ-7907 dejó un legado duradero en la ingeniería de vehículos pesados.
Su tecnología avanzada y su capacidad para transportar cargas extremadamente pesadas inspiraron futuros desarrollos en la industria automotriz, especialmente en países que continuaron invirtiendo en vehículos de transporte a gran escala.
El diseño del MAZ-7907 también destacó la capacidad de la Unión Soviética para lograr hazañas impresionantes en medio de un escenario geopolítico tenso.
Aunque su utilidad práctica fue limitada tras el fin de las hostilidades de la Guerra Fría, su diseño y construcción representan un hito en la historia de la ingeniería automotriz, reflejando el período de innovación y competencia tecnológica que caracterizó la época.