Más de un siglo después de su creación, un antiguo enigma matemático finalmente ha sido descifrado, revelando misterios sobre dimensiones y espacios invisibles que hasta hoy han desafiado a las mentes más grandes del mundo científico en busca de respuestas definitivas.
Uno de los problemas más desafiantes de las matemáticas modernas, propuesto hace más de un siglo, finalmente tuvo su solución revelada por dos investigadores norteamericanos.
La llamada “Conjetura de Kakeya”, formulada en 1917 por el matemático japonés Sōichi Kakeya, ha cobrado nueva vida gracias a un estudio publicado por Hong Wang, de la Universidad de Nueva York, y Joshua Zahl, de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá.
La obra, que representa un hito en la geometría matemática, resolvió un impasse que había desconcertado a los científicos durante generaciones.
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Un problema clásico en geometría
La conjetura parte de una pregunta aparentemente simple pero profundamente compleja: ¿cómo girar una aguja 360 grados ocupando la menor área posible?
Este enigma generó intensos debates en la comunidad científica y motivó décadas de intentos, algunos exitosos en dimensiones reducidas, otros sólo parciales.
El reto propuesto por Kakeya parte de un curioso ejercicio mental: imaginar una aguja rígida, de longitud fija, que necesita girar completamente dentro de una región plana.
El objetivo es encontrar el área más pequeña posible que permita esta rotación completa.
Estas áreas mínimas se conocieron como “grupos de Kakeya” o “agujas de Kakeya”.
En el plano bidimensional hay soluciones ingeniosas.
Por ejemplo, puedes sujetar un extremo de la aguja y girarlo alrededor de un punto, o moverlo con pequeños giros alternados hacia adelante y hacia atrás, formando una especie de triángulo con bordes curvos.
La idea central, sin embargo, era expandir esta lógica a espacios tridimensionales e incluso a dimensiones fraccionarias, algo que pareció imposible durante mucho tiempo.
La complejidad de las dimensiones superiores
Al salir del plano y entrar en el espacio tridimensional, el problema adquiere contornos aún más sofisticados.
En 3D, la aguja puede adoptar infinitas direcciones, y encontrar una forma de rotarla en todas ellas ocupando el menor “volumen” posible se convirtió en el verdadero desafío.
Para hacer frente a esta dificultad, los matemáticos tuvieron que reformular la concepción misma de la aguja.
En lugar de un objeto con grosor, comenzó a tratarse como una línea infinitamente fina, lo que le permitiría cubrir múltiples direcciones sin ocupar un volumen significativo.
Pero demostrar matemáticamente la existencia de un conjunto capaz de hacer esto en 3D fue algo que eludió incluso a los más grandes expertos.
Recién en 2024 Wang y Zahl lograron superar este obstáculo.
Los dos investigadores desarrollaron un nuevo enfoque que logró eliminar todas las posibilidades en las que la dimensión de la trayectoria de la aguja fuera menor a tres.
Para ello, llevaron a cabo pruebas rigurosas, incluido el uso de dimensiones fraccionarias, como 2,5 o 2,000001, un concepto que, aunque extraño para el sentido común, es bien comprendido dentro de las matemáticas modernas.
El avance que lo cambió todo
El estudio fue publicado en la plataforma científica arXiv y ya está siendo considerado por los expertos como uno de los mayores avances de las matemáticas contemporáneas.
Los autores pudieron demostrar que los conjuntos de Kakeya no pueden reducirse a estructuras con dimensiones más pequeñas, incluso si su volumen es igual a cero.
En otras palabras, Aunque no ocupan “casi nada” en el espacio, estos conjuntos tienen una estructura tridimensional completa.
Este descubrimiento pone fin a uno de los capítulos más largos de matemáticas puro.
En 1971, el británico Roy Davies había conseguido demostrar cómo la aguja podía moverse en 2D, utilizando construcciones geométricas específicas que minimizaban el área.
Pero extrapolar este razonamiento al espacio 3D —y, más aún, a múltiples dimensiones— siempre ha sido un callejón sin salida.
La solución encontrada por Wang y Zahl va más allá de simplemente resolver el problema original.
Abre nuevas puertas para estudios en áreas como el análisis armónico, la teoría de la medida y las matemáticas computacionales.
La investigación también tiene implicaciones prácticas en campos como el procesamiento de imágenes, la transmisión de datos y la inteligencia artificial, donde se aplican con frecuencia conceptos de geometría en múltiples dimensiones.
Repercusión internacional
La importancia de la hazaña no pasó desapercibida.
"El artículo es quizás el mayor avance en matemáticas del siglo actual", dijo el matemático de la Universidad Rice, Nets Katz, a la revista. New Scientist.
Según él, la conjetura había sido objeto de esfuerzos por parte de grandes nombres de la matemática mundial, pero sólo con resultados parciales.
Sin embargo, el enfoque de Wang y Zahl logró ofrecer una solución completa y rigurosa.
Además de la elegancia de la demostración, la obra también impresiona por la profundidad de las técnicas utilizadas.
Los autores combinaron métodos de análisis matemático, geometría fractal y topología, produciendo una prueba robusta e innovadora.
La aceptación de la comunidad académica ha sido positiva y otros matemáticos ya han comenzado a explorar las aplicaciones y desarrollos del descubrimiento.
¿Una nueva era para las matemáticas?
A pesar de ser un campo comúnmente asociado con fórmulas y números, Las matemáticas también son una ciencia de creatividad, paciencia e imaginación.
Resolver la conjetura de Kakeya requirió más de 100 años de investigación, cooperación intergeneracional y una dosis significativa de genialidad.
Para muchos estudiosos, esta solución es simbólica.
Demuestra que incluso los problemas más antiguos y difíciles pueden resolverse con nuevas herramientas, nuevas mentes y nuevas preguntas.
Más que una respuesta definitiva, el logro de Wang y Zahl marca el inicio de una nueva fase, en la que los límites de las matemáticas puras continúan siendo desafiados y ampliados.
Y tú, ¿te has imaginado alguna vez que una simple aguja podría esconder uno de los mayores misterios de las matemáticas modernas?