La exploración histórica revela los ambiciosos planes de la Armada de Brasil para adquirir cruceros pesados en el siglo XX, destacando negociaciones, tratados internacionales y competencia naval en América Latina.
En el siglo XX, la Armada de Brasil fue escenario de fascinantes propuestas de cruceros pesados, reflejando su posición como una de las principales fuerzas navales de América Latina. Durante la década de 1930, Brasil se interesó en ampliar su flota con la adquisición de un crucero pesado, impulsado por la competencia regional, especialmente después de que Argentina adquiriera los barcos. Veinticinco de Mayo y el almirante Brown.
El destaque inicial fue el HMS Raleigh modificado, una propuesta de Vickers en 1923. Este buque, una versión avanzada del crucero británico clase Hawkins, prometía superioridad militar con sus cañones de 203 mm, lo que habría puesto a Brasil a la cabeza en la carrera naval latina. -Americano.
Restricciones a la construcción naval
El Tratado Naval de Londres de 1930 impuso restricciones a la construcción naval, pero Vickers encontró lagunas y siguió ofreciendo diseños avanzados como el No. 1045 de 1933, superior a los cruceros argentinos en términos de armamento y protección.
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Al mismo tiempo, Brasil planeaba fortalecer su industria naviera con el Programa Naval de 1932, aspirando a construir cruceros pesados nacionales, lo que reduciría la dependencia de astilleros extranjeros y resaltaría la capacidad industrial brasileña. Sin embargo, estos planes no se realizaron, lo que mantuvo los proyectos navales como un capítulo intrigante en la historia militar de Brasil.
Los proyectos de cruceros pesados para la Armada de Brasil ilustran un período de intensas ambiciones navales y estratégicas. Aunque ninguno de estos barcos fue terminado, representan un momento significativo de planificación y aspiración en la historia naval del país, destacando a la Armada de Brasil como una potencia marítima preeminente en América Latina.
Más información sobre el HMS Raleigh
El HMS Raleigh, parte de la clase Hawkins, fue botado en 1919 y representó un gran avance en la ingeniería naval, equipado con una batería de cañones de 190 mm y una estructura de avión diseñada para una mayor velocidad y capacidad de combate. Este crucero, llamado así en honor a Sir Walter Raleigh, tuvo una corta carrera en la Royal Navy, que terminó abruptamente cuando encalló frente a la costa de Labrador en 1922. A pesar de un intento inicial por salvarlo, el Raleigh finalmente fue abandonado y destruido en 1926, que simboliza un episodio dramático en la historia naval británica.
Tratado Naval de Londres
El Tratado Naval de Londres de 1930 representó un esfuerzo internacional para limitar la carrera armamentista naval imponiendo restricciones al tamaño y armamento de los buques de guerra. Este tratado, sucesor del Tratado naval de Washington, buscaba equilibrar el poder entre las grandes potencias y evitar conflictos a escala global. Sin embargo, la presión de las naciones signatarias y la dinámica geopolítica de la época generaron desafíos en la implementación y aplicación del tratado.
Sobre el Programa Naval de 1932 de la Armada de Brasil
El Programa Naval de 1932, bajo el gobierno de Getúlio Vargas en Brasil, marcó un período de renovación y nacionalización de la industria naval. Centrándose en la modernización y la autonomía, Brasil buscó revitalizar sus astilleros y su capacidad de construcción naval. Este programa no sólo pretendía dotar a la Armada de nuevos buques, sino también fortalecer la infraestructura nacional, destacando la interacción entre la política nacionalista y el desarrollo militar-industrial. Aunque ambicioso, el programa enfrentó desafíos, como la dependencia de las importaciones, pero sentó las bases para futuros avances en la industria brasileña.