Las empresas chinas han invertido miles de millones en Brasil, dominando sectores estratégicos como la energía, el petróleo y la infraestructura. En 2024, las contribuciones ya superarán los R$ 280 mil millones, lo que plantea interrogantes sobre el impacto de esta presencia en la soberanía y la economía brasileñas.
En los últimos años, Brasil se ha convertido en un campo de batalla estratégico para los gigantes estatales chinos. Si cree que la influencia china aquí se limita a productos de bajo costo, prepárese para una sorpresa.
En una medida audaz y meticulosa, estas empresas están literalmente apoderándose del país, invirtiendo en sectores cruciales como la energía, el petróleo y la infraestructura vial. Con miles de millones de reales en juego, la pregunta sigue siendo: ¿hasta dónde llegará esta invasión económica?
Según una encuesta realizada por el sitio web Poder360, Las inversiones chinas en concesiones y proyectos de infraestructura en Brasil ya superan los R$ 280 mil millones.
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Y el apetito de China parece estar lejos de satisfacerse. El pasado jueves (15), según publicó el CPG, Brasil y China celebraron 50 años de relaciones diplomáticas, y esta asociación, que comenzó tímidamente en 1974, alcanzó un nuevo nivel en la última década.
Crecimiento vertiginoso de las inversiones chinas
El salto de las inversiones chinas en Brasil es impresionante. Las empresas estatales chinas han obtenido importantes concesiones en varios estados, especialmente en los sectores de energía e infraestructura. State Grid, una de las empresas energéticas más grandes del mundo, lidera este movimiento.
La empresa ya ha realizado fuertes inversiones en Brasil, controlando CPFL (Companhia Paulista de Força e Luz), propietaria de concesiones de distribución de energía, líneas de transmisión y activos de generación en estados como São Paulo, Minas Gerais, Paraná y Rio Grande do Sul.
Y los planes no terminan ahí. State Grid prevé invertir R$ 28,4 mil millones hasta 2028 para mejorar la red de distribución de sus concesiones, además de haber ganado el mayor lote en una subasta de transmisión de energía realizada en 2023. Este proyecto, que incluye la construcción de una línea de ultra alta tensión entre Maranhão y Goiás, requerirá una inversión de R$ 18,1 mil millones.
La expansión de State Grid en Brasil
El megaproyecto adjudicado a State Grid por 30 años incluye la construcción de 1.513 kilómetros de líneas de transmisión en corriente continua y el mantenimiento de otros 1.468 kilómetros, repartidos entre Maranhão, Tocantins y Goiás.
El plazo para finalizar esta obra es de 72 meses, pero las inversiones chinas en el sector eléctrico van más allá. State Grid tiene un total de 24 concesionarias de transmisión en el país, incluidas subsidiarias de propiedad absoluta y empresas conjuntas, que suman más de 16.000 kilómetros de líneas de transmisión.
Además de las inversiones ya mencionadas, la State Grid espera invertir otros 150 mil millones de reales en los próximos años en nuevas líneas de transmisión y proyectos de generación enfocados en fuentes renovables. El objetivo es claro: hasta 2028, las contribuciones deben totalizar R$ 200 mil millones.
Otras empresas estatales chinas miran a Brasil
No es sólo State Grid la que está aumentando su presencia en Brasil. Otras empresas estatales chinas del sector energético también tienen planes ambiciosos.
A Energy China anunció en 2023 una inversión de 10 mil millones de dólares en proyectos de energía renovable y generación de hidrógeno verde. Esta cifra, que equivalente a aproximadamente R$ 50 mil millones, marca una de las mayores contribuciones recientes al sector energético brasileño.
CTG (Companhia Três Gargantas), conocida por operar la mayor central hidroeléctrica del mundo, cumplió 10 años de operaciones en Brasil en 2024. Desde que adquirió varias centrales hidroeléctricas brasileñas en 2010, la empresa ha ampliado sus inversiones.
En los próximos años, CTG prevé invertir R$ 3 mil millones para aumentar la eficiencia de las plantas de Ilha Solteira (SP) y Jupiá (SP/MS), además de explorar nuevas oportunidades en energía eólica y solar, con una inversión estimada de R$ 6,4 mil millones.
La diversificación de las inversiones chinas
Mientras tanto, SPIC, otro gigante chino, anunció en junio de 2024 la construcción de un complejo eólico en Rio Grande do Norte, con una inversión de R$ 780 millones. Este proyecto agregará 105,4 MW de capacidad instalada a la matriz energética brasileña, un paso significativo hacia el aumento de la participación de energías renovables en el país.
Además del sector eléctrico, los chinos también están avanzando en el sector petrolero. En 2023, Cnooc, en asociación con Petrobras y Shell, ganó la concesión de tres bloques de exploración en la cuenca de Pelotas, en el sur de Brasil.. La estimación es que el consorcio invertirá alrededor de R$ 100 millones en la investigación de las reservas de petróleo y gas de la región.
Las concesiones estatales y el impacto en la infraestructura
La presencia china en Brasil también se extiende al sector de infraestructura, especialmente en concesiones estatales. Este año, CRRC, en alianza con el grupo brasileño Comporte, ganó la concesión del Tren Intercidades São Paulo-Campinas. Este proyecto, presupuestado en R$ 14,6 mil millones, incluye la construcción de un tren de pasajeros de media velocidad y la concesión de la línea 7-Rubi del sistema ferroviario metropolitano del Gran São Paulo.
Con tantas inversiones, la pregunta sigue siendo: ¿hasta qué punto esta presencia china es beneficiosa para Brasil y cuál es el impacto a largo plazo en la soberanía nacional? Es innegable que los aportes tienen el potencial de impulsar la economía y mejorar la infraestructura, pero es fundamental evaluar las consecuencias de esta “invasión” china en suelo brasileño.