En medio del crecimiento de la industria de los jeans, una pequeña ciudad de São Paulo enfrenta un problema que podría frenar su crecimiento. Incluso con las fábricas funcionando a pleno rendimiento, la falta de profesionales cualificados supone una alarma en la economía regional.
Con más de 70 fábricas en funcionamiento y una producción que supera el millón de piezas al mes durante la temporada alta, Urupês, en el interior de São Paulo, enfrenta una paradoja: si bien se destaca a nivel nacional como un centro de la industria de jeans, enfrenta una creciente escasez de mano de obra calificada.
La ciudad, conocida como la “Capital del Jeans”, siente los efectos de la falta de profesionales calificados para atender la demanda de uno de los sectores que más mueve su economía.
Pese a la prosperidad de la industria textil, empresarios locales advierten de un cuello de botella que podría comprometer el ritmo de crecimiento del municipio en los próximos años.
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Urupês: polo textil en expansión en el interior de São Paulo
Ubicada aproximadamente a 420 kilómetros de la capital paulista, Urupês tiene poco más de 15 mil habitantes y una superficie territorial de 324 km².
Lo que llama la atención, sin embargo, es su impresionante densidad industrial centrada en la producción de ropa vaquera.
Según datos del Ayuntamiento y del sector empresarial, Hay más de 70 fábricas en operación, responsables de emplear directamente a alrededor de 3 mil personas, lo que representa el 60% de los empleos formales de la ciudad.
La industria de jeans en Urupês no solo apoya la economía local, sino que también genera impactos positivos en municipios vecinos, como Irapuã, Sales e Ibirá, que aportan mano de obra adicional y absorben parte del movimiento económico regional.
Este dinamismo ha transformado a la ciudad en un verdadero símbolo de resistencia e innovación en el sector textil brasileño, incluso en un escenario de crecientes desafíos impuestos por el mercado global y los cambios en las relaciones laborales.
La falta de cualificaciones amenaza el crecimiento de la industria
A pesar del crecimiento acelerado, la escasez de mano de obra La falta de cualificación se ha convertido en uno de los principales obstáculos que enfrentan los emprendedores locales, según publica el diario Diario costero.
La dificultad de encontrar profesionales dispuestos a trabajar en las diferentes etapas de la producción, desde el modelado hasta el acabado, ha generado preocupación.
Según empresarios de la ciudad, hay vacantes abiertas todo el año, pero falta gente con la formación técnica necesaria y, en muchos casos, incluso el interés de la población local.
La falta de cursos de formación profesional, sumada a la migración de jóvenes a centros urbanos más grandes en busca de oportunidades diferentes, empeora aún más la situación.
“Estamos creciendo, tenemos estructura, maquinaria y mercado. Lo que nos falta es gente dispuesta y cualificada para trabajar”, afirma un empresario del sector, que prefiere mantener el anonimato.
Según él, muchos trabajadores acaban formándose internamente por las propias empresas, lo que requiere tiempo e inversión no siempre viable a largo plazo.
Las iniciativas locales intentan llenar el vacío
En un intento por solucionar el problema, algunas fábricas están invirtiendo en programas de capacitación interna y estableciendo alianzas con instituciones de educación técnica.
El objetivo es formar una nueva generación de profesionales con habilidades específicas para el sector textil, altamente especializado y que requiere atención al detalle, agilidad y conocimientos técnicos.
Entidades como SENAI y SEBRAE ya han sido buscadas por empresarios de la ciudad para desarrollar cursos personalizados, orientados a las necesidades locales.
Sin embargo, los proyectos aún enfrentan barreras logísticas y dependen del apoyo gubernamental para ser viables a gran escala.
Los expertos advierten que las políticas públicas de incentivo a la formación profesional son esenciales para que ciudades como Urupês no pierdan su fuerza productiva.
Con la rápida transformación tecnológica y la competencia global, la calificación de la fuerza laboral es una ventaja competitiva cada vez más necesaria.
La agricultura y el turismo también impulsan la ciudad
Aunque los jeans son el pilar de la economía de Urupês, la ciudad no vive solo de la industria textil.
La agricultura, especialmente el cultivo de la lima (que técnicamente es una variedad de la lima ácida), también tiene una gran importancia económica.
Según datos de la Secretaría de Agricultura del Estado de São Paulo, en 2021 el municipio registró alrededor de 350 propiedades rurales dedicadas al cultivo de la fruta, con una producción que supera las 89 mil toneladas anuales, distribuidas en 3,5 mil hectáreas de superficie plantada.
Esta actividad no sólo genera empleos sino que también abastece el mercado interno y externo.
El turismo es otro sector en crecimiento, con énfasis en el Parque Municipal Mário Covas, conocido como Parque dos Lagos.
El espacio ofrece infraestructura de ocio con lagos artificiales, pista para caminar, canchas deportivas, área de juegos infantiles y gimnasio al aire libre.
Además, la ciudad conserva tradiciones religiosas, como la devoción a su patrón San Lorenzo, cuya reliquia atrae a fieles y visitantes.
El futuro de la Capital del Jeans depende de la inversión en las personas
Aun con todos los méritos alcanzados, Urupês necesita mirar con atención los desafíos que acompañan el crecimiento.
La falta de mano de obra cualificada es un problema real, que podría poner en peligro el liderazgo de la ciudad en el sector textil si no se toman medidas concretas.
Invertir en formación, crear políticas públicas para incentivar la permanencia de los jóvenes en el municipio y promover alianzas con instituciones educativas son estrategias que pueden garantizar la sostenibilidad de la economía local.
Sin estas acciones, el riesgo es que el éxito de la Capital del Jeans se convierta en un obstáculo para su propio desarrollo.
La experiencia de Urupês revela una realidad vivida por muchas ciudades brasileñas que apuestan a la industrialización como motor de crecimiento: Sin personas preparadas para transformar las materias primas en productos, el progreso se estanca.
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