La producción de hidrógeno turquesa surge como una solución prometedora para la industria, ya que ofrece un método más sostenible y eficiente que puede acelerar la transición energética global y reducir las emisiones de carbono junto con el hidrógeno verde.
En la carrera por contener el calentamiento global y garantizar un futuro sostenible, la transición energética es cada vez más urgente. La necesidad de reducir la dependencia de combustibles fósiles como el petróleo pone de relieve alternativas como el hidrógeno. El hidrógeno verde, ampliamente conocido por su bajo impacto ambiental, ya se está perfilando como un una solución prometedora, pero ahora aparece otro competidor en la escena energética: hidrógeno turquesa. Esta nueva forma de producir hidrógeno tiene el potencial de revolucionar la industria y acelerar la transición energética, al tiempo que ofrece un enfoque innovador y más limpio para la generación de energía.
La importancia del hidrógeno en la transición energética: ¿por qué estamos atentos al hidrógeno turquesa?
El hidrógeno es el elemento más abundante en el universo, pero su extracción requiere procesos específicos. No se encuentra aislado en la naturaleza, sino siempre ligado a otros elementos, como los átomos de agua, el gas natural y la materia biológica.
Por este motivo, los métodos de extracción de hidrógeno juegan un papel crucial en el impacto ambiental de su uso como fuente de energía. En este contexto, surgen diferentes formas de hidrógeno, cada una con un grado variable de impacto ambiental y potencial para impulsar la transición energética.
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El hidrógeno verde ya es una solución bien conocida, producida a partir de la electrólisis del agua, utilizando electricidad procedente de fuentes renovables, como la energía solar y eólica. Sin embargo, ahora el hidrógeno turquesa empieza a tomar fuerza como alternativa intermedia entre el hidrógeno gris, más contaminante, y el hidrógeno verde, más limpio.
El hidrógeno turquesa se genera a partir de la pirólisis del metano (gas natural), un proceso que no libera dióxido de carbono (CO2) directamente a la atmósfera, pero que genera carbono sólido, que puede ser utilizado en otras industrias.
Hidrógeno turquesa: una alternativa prometedora para reducir emisiones y revolucionar la industria
El hidrógeno turquesa ha demostrado ser una solución prometedora para la industria que busca reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. A diferencia del hidrógeno gris, que se produce a partir de la quema de gas natural y libera CO2 a la atmósfera, el hidrógeno turquesa utiliza metano en un proceso de pirólisis. Este proceso convierte el metano en hidrógeno y carbono sólido, sin liberación de CO2, lo que lo convierte en una alternativa más limpia y eficiente.
Además de su potencial en la transición energética, el subproducto generado por la producción de hidrógeno turquesa, el carbono sólido, también tiene aplicaciones en la industria. Puede utilizarse en la fabricación de neumáticos, grafito, tintes e incluso en la industria siderúrgica, destacando la versatilidad de esta tecnología. Sin embargo, para que el hidrógeno turquesa sea realmente una solución sostenible, es fundamental que se gestione bien el ciclo de vida de este subproducto, garantizando que su eliminación no cree nuevos problemas medioambientales.
Comparativa entre hidrógeno verde e hidrógeno turquesa: ¿cuál es la mejor opción para la transición energética?
Mientras que el hidrógeno verde se produce mediante la electrólisis del agua, utilizando fuentes de energía renovables como la solar y la eólica, el hidrógeno turquesa ofrece una alternativa al uso del gas natural, con menor impacto ambiental que el hidrógeno gris. La producción de hidrógeno turquesa implica la descomposición del metano sin liberar CO2, lo que convierte a este tipo de hidrógeno en una opción atractiva de cara a la transición energética.
A pesar de los avances prometedores, la mayoría de los proyectos de hidrógeno turquesa aún se encuentran en fases iniciales o piloto. Esto significa que, aunque es una tecnología prometedora, todavía necesita ganar escala para competir directamente con el hidrógeno verde en términos de eficiencia y coste. Por otro lado, el hidrógeno verde se explora cada vez más a gran escala, especialmente en Brasil, donde el Nordeste Se perfila como una región estratégica para la producción de este tipo de energía.
Hidrógeno en la industria: cómo el crecimiento de la demanda impulsa la producción de hidrógeno turquesa
A medida que el mundo avanza hacia un futuro con bajas emisiones de carbono, se espera que la demanda de hidrógeno, en todas sus formas, crezca exponencialmente. Según las estimaciones, la demanda de hidrógeno podría aumentar de dos a cuatro veces para 2050. Este crecimiento creará presiones tanto sobre la producción de hidrógeno verde como de hidrógeno turquesa, ya que ambos serán esenciales para satisfacer la creciente demanda de la industria.
La mayor parte del hidrógeno generado hasta la fecha se utiliza en sectores como las refinerías de petróleo y la producción de amoníaco para fertilizantes.
Sin embargo, se espera que nuevas industrias, incluidas las del acero y el transporte, se conviertan en grandes consumidores de hidrógeno. El hidrógeno turquesa, con su capacidad de generar hidrógeno sin emisiones directas de CO2, podría convertirse en una solución crucial para estas industrias, especialmente aquellas que tienen dificultades para adoptar plenamente fuentes de energía renovables.