La empresa inauguró esta semana su nueva sede de energía solar en Florianópolis, Santa Catarina
la electrica noruega Statkraft quiere aprovechar el potencial de generación renovable de Brasil para incluso cuadruplicar su capacidad instalada de energía solar en el país latinoamericano en los próximos cinco años, principalmente con proyectos eólicos y solares, pero también con pequeñas centrales hidroeléctricas. El proyecto está en línea con el proceso de crecimiento operativo de la empresa, que prevé triplicar sus operaciones en Brasil hasta 2025.
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“La empresa busca cierta escala y tamaño en mercados que considera que tienen potencial, y dentro de ese contexto yo diría que se destaca Brasil… tiene un recurso eólico y solar de clase mundial y es un mercado que está en proceso de liberalización”, dijo a Reuters el presidente de la unidad en Brasil, Statkraft Energias Renováveis STKF3.SA>, Fernando de Lapuerta.
“Nuestro objetivo es aumentar significativamente nuestra presencia en Brasil, que actualmente es pequeña. En los próximos años, la meta sería por lo menos triplicar o cuadruplicar su tamaño… en los próximos cuatro o cinco años”, agregó el ejecutivo.
22 centrales solares en Brasil
La empresa noruega opera 22 centrales eléctricas en Brasil, que suman 450 megavatios en operación, con 130 megavatios en energía eólica y el resto en pequeñas y medianas centrales hidroeléctricas. Según Lapuerta, Statkraft tiene "varios proyectos" registrados para una subasta del gobierno brasileño que contratará nuevas plantas en octubre para operar a partir de 2025, la llamada subasta A-6.
Las subastas gubernamentales, sin embargo, han mostrado una baja demanda de las distribuidoras en los últimos años debido a la lenta recuperación económica en Brasil, mientras que el fuerte interés de los inversionistas en los contratos a largo plazo ofrecidos en las licitaciones genera una feroz competencia, lo que hace bajar los precios.
Como resultado, muchas empresas han buscado viabilizar nuevos proyectos vendiendo toda o parte de la producción futura en el mercado libre de energía. En la última subasta, la A-4, en junio, la mayoría de los proyectos ganadores negociaron solo el 30% de la energía, quedando el resto a la venta en contratos privados.