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¿La contaminación más peligrosa de los automóviles proviene realmente del tubo de escape? Una nueva investigación revela una fuente sorprendente y pasada por alto de la contaminación automovilística

Por Escrito Fabio Lucas Carvalho
Publicado em 15/11/2024 às 00:29
escape, contaminación
Foto: Reproducción
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Estudios recientes señalan una fuente de contaminación en los automóviles que es incluso más dañina que el tubo de escape; entender lo que es

Cuando hablamos de la contaminación generada por los vehículos, muchos pensamos inmediatamente en los gases que salen del escape. Sin embargo, existe una forma de contaminación aún más invisible, y tal vez, más peligroso: las partículas liberadas por el desgaste de los neumáticos.

Estas partículas microscópicas, que se liberan cada vez que un carro En sus movimientos, van más allá de la huella de carbono y amenazan nuestra salud y la naturaleza de maneras que nunca hubiéramos imaginado.

¿Escape? Cuidado con los pequeños contaminantes, los grandes problemas

Para que te hagas una idea, cada kilómetro que recorre un coche genera alrededor de 151 mg de partículas de caucho que se desprenden de los neumáticos. Puede parecer poco, pero pensemos en el número de coches y de kilómetros que se recorren diariamente en todo el mundo.

El impacto es gigantesco. Estas partículas son tan pequeñas que pueden escapar de los sistemas tradicionales de monitoreo de la calidad del aire, lo que significa que están ahí afuera, las inhalamos y llegan a nuestras aguas.

Los neumáticos están formados por una mezcla compleja de sustancias químicas, incluidos los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), conocidos por su potencial cancerígeno. Además, los neumáticos cuentan con una elevada cantidad de aditivos y productos químicos que representan hasta el 50% de su masa total.

Todo esto genera verdadera preocupación entre los expertos en salud pública, que exigen más transparencia en los procesos de fabricación y composición de los neumáticos.

Vehículos eléctricos: una solución con reservas

Para muchos, los vehículos eléctricos (EV) son una gran esperanza para reducir la contaminación ambiental, ya que eliminan las emisiones de escape. Sin embargo, lo que poca gente sabe es que los vehículos eléctricos, al ser más pesados ​​debido a sus baterías, acaban desgastando los neumáticos más rápidamente, liberando más partículas al aire.

Así, aunque suponen un avance importante en la reducción de gases de efecto invernadero, los vehículos eléctricos aún deben hacer frente al problema del desgaste de los neumáticos.

Este problema no se limita sólo a los vehículos eléctricos, sino a todos los vehículos pesados ​​y potentes. El aumento de peso de los automóviles, provocado por las innovaciones en seguridad y confort, contribuye a agravar el problema de la contaminación por partículas de neumáticos. Entonces, si queremos una solución verdaderamente sostenible, debemos abordar todos los aspectos de la contaminación automovilística, yendo más allá de las emisiones de escape.

Los efectos de la contaminación por partículas en la salud y el medio ambiente

Estas partículas de caucho no sólo afectan a la calidad del aire sino también a nuestra salud. Dependiendo de su tamaño, las partículas pueden provocar diferentes tipos de problemas:

Tamaño de partículaPosibles efectos sobre la salud
PM10 (≤10 µm)Irritación respiratoria, empeoramiento del asma.
PM2,5 (≤2,5 µm)Problemas cardiovasculares, enfermedades pulmonares.
Ultrafino (≤0,1 µm)Puede ingresar al torrente sanguíneo y dañar órganos.

Debido a que son tan pequeñas, las partículas de desgaste de los neumáticos pueden inhalarse y viajar a los pulmones, llegando potencialmente al torrente sanguíneo, donde pueden causar daño a los órganos. Imagínese el impacto que esto tiene en las personas que viven en áreas urbanas densamente pobladas donde el tráfico es intenso y constante. Los niños, los ancianos y las personas con problemas respiratorios son los más vulnerables a estos efectos.

Además de los problemas para la salud humana, estas partículas también contaminan el agua. Cuando llueve, las partículas de neumáticos que quedan en las carreteras acaban en ríos y océanos, acumulándose en los ecosistemas acuáticos. Esto afecta a la vida marina e incluso puede entrar en la cadena alimentaria, ya que los peces y otros organismos marinos ingieren los microplásticos derivados de los neumáticos.

Soluciones actuales y desafíos futuristas

Para hacer frente a la contaminación causada por el desgaste de los neumáticos, se están debatiendo y probando varias medidas. Entre ellos:

  1. Medidas regulatorias: La creación de normas estrictas para la composición de los neumáticos, que limiten el uso de sustancias tóxicas y aumenten la durabilidad del material.
  2. Innovación tecnológica: Invertir en el desarrollo de neumáticos ecológicos, fabricados con materiales que generen menos partículas.
  3. Conciencia pública: Informar sobre la importancia de elegir neumáticos de calidad y adoptar hábitos de conducción que preserven el desgaste.
  4. Planificación urbana: Diseñar ciudades que reduzcan la dependencia del vehículo privado, promoviendo el transporte público y alternativas como la bicicleta y caminar.

Estas estrategias, cuando se aplican juntas, tienen el potencial de reducir la cantidad de partículas de neumáticos en el aire y el agua, protegiendo nuestra salud y el medio ambiente.

Exigiendo más transparencia a la industria del neumático

Para que estas soluciones realmente funcionen, la industria del neumático debe ser más transparente en cuanto a la composición de sus productos. Actualmente, existe mucho secretismo en torno a los ingredientes utilizados en la fabricación de neumáticos, lo que dificulta el análisis de los riesgos involucrados.

Organizaciones medioambientales y autoridades sanitarias piden a las empresas que revelen los componentes de los neumáticos para garantizar que no contienen sustancias nocivas.

A medida que continuamos explorando soluciones innovadoras para proteger nuestro planeta, como el uso experimental de polvo de diamante en la atmósfera para enfriar el clima, es esencial abordar cada fuente de contaminación. Esto incluye las partículas invisibles generadas por el desgaste de los neumáticos, que hasta hace poco eran un problema descuidado.

Proteger el medio ambiente y la salud pública no se trata solo de reducir las emisiones de carbono. Se trata de comprender todas las formas de contaminación generadas por nuestra sociedad y tomar medidas para minimizarlas.

La transición hacia un futuro más limpio depende de soluciones integrales que consideren todos los aspectos de la contaminación automotriz. Después de todo, un mundo con menos contaminación por neumáticos significa un futuro más saludable y sostenible para todos nosotros y las generaciones futuras.

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Fabio Lucas Carvalho

Periodista especializado en una amplia variedad de temas, como automóviles, tecnología, política, industria naviera, geopolítica, energías renovables y economía. Trabajo desde 2015 con publicaciones destacadas en los principales portales de noticias. Mi formación en Gestión de Tecnologías de la Información de la Faculdade de Petrolina (Facape) agrega una perspectiva técnica única a mis análisis e informes. Con más de 10 mil artículos publicados en vehículos de renombre, siempre busco brindar información detallada y conocimientos relevantes al lector. Para sugerencias de temas o cualquier pregunta, comuníquese con flclucas@hotmail.com.

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