Debido al escenario actual provocado por el coronavirus, muchas empresas han adoptado el trabajo remoto, llamado home office, para sus empleados. Tal medida, para muchos de ellos, se hace efectiva en el cumplimiento de proyectos, obras, que no se pueden realizar personalmente. Un estudio de André Miceli, profesor de la Fundación Getúlio Vargas (FGV), dice que se espera que el trabajo remoto crezca un 30% después de la crisis del coronavirus.
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Para André, la adopción de emergencia del home office por parte de las empresas debe provocar un cambio en las culturas organizacionales y que la modalidad sea un camino sin retorno. Directora Ejecutiva de Infobase y coordinadora del MBA en Marketing y Business Intelligence Digital de la FGV, Miceli dice que en un momento de inestabilidad como el actual, es necesario ser flexible con las estructuras y modelos corporativos.
“El home office ya ha demostrado ser efectivo. Aliado a esto, sacas los autos de la calle, alivianas el transporte público, movilizas la economía de otra manera. Y haces que la gente tenga más tiempo para cuidar su salud y que pueda disfrutar de las cosas que le dan placer sin que tengas una reducción de entregas y facturación”, dijo.
André destaca que la comunicación debe centralizarse en canales específicos para que las instrucciones claras sobre los procedimientos permanezcan en la rutina de los empleados, clientes y consumidores. “La adopción de metodologías ágiles también permite una respuesta más rápida a los nuevos desafíos del día a día. El proceso de análisis, reorganización y toma de decisiones debe seguir el ritmo del cambio”, dijo André.