Un cohete que va al espacio y trae desde allí energía solar. Parece el tema de una película de ficción, pero en realidad se trata de un plan que podría implementar muy pronto una empresa del multimillonario Elon Musk.
Según información del portal Terra, la idea surgió de John Bucknell, fundador de la empresa y ex ingeniero de SpaceX, quien pretende cambiar la historia del transporte espacial.
Esto sucede porque quiere que la startup Virtus Solis tenga la oportunidad de utilizar Cohetes SpaceX para que sea posible buscar energía solar generada en el espacio, un proceso que, según él, permitiría abaratar la energía que la que se obtiene con los métodos utilizados actualmente.
Según John Bucknell, “para que la energía solar espacial funcione, se necesitan lanzamientos pesados, transferencia de energía inalámbrica y rentabilidad”.
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En este sentido, el experto, pese a confesar el desafío que supone tener acceso al espacio a bajo coste, destacó que, en los últimos años, debido a la inversión necesaria para llevar satélites al espacio, se han incrementado los costes de los cohetes reutilizables de SpaceX.
Prueba de ello es que, actualmente, el Elon Musk puede enviar satélites por menos de 3 dólares por kilogramo de carga útil. Sin embargo, este precio sigue siendo elevado cuando se trata de energía solar, ya que, para producirla, se necesitan paneles solares incluso más grandes que los de la Estación Espacial Internacional.
Hoy, el plan Virtus Solís es construir paneles de 1 km de largo. Estos paneles, según el proyecto, serían ensamblados en órbita por robots.
El coste del envío de cohetes SpaceX podría disminuir
La esperanza del ex ingeniero de la empresa de Elon Musk es que, muy pronto, los cohetes SpaceX reduzcan sus costos operativos a 10 dólares el kilogramo debido al inicio de sus operaciones.
Para Bucknell, tan pronto como el coste del lanzamiento a la órbita terrestre baja caiga por debajo de los 200 dólares, la energía solar en el espacio ya será más barata que las alternativas en la Tierra, como las centrales nucleares.
Energía para todo el mundo
Según el experto, la SpaceX podría enviar cientos de módulos a la órbita de Molniya, cuyos puntos más cercanos y más alejados del planeta están a 800 km y 35 mil km, respectivamente.
En este sentido, una constelación de dos o más paneles podría ser suficiente para suministrar energía a una región, mientras que 16 unidades podrían alimentar al mundo entero a través de microondas.
Aún existen desafíos
Aunque la idea parece buena, todavía quedan desafíos antes de que despegue. Según Bucknell, la startup todavía está buscando formas de mejorar la transmisión inalámbrica de energía, uno de los principales obstáculos para la energía solar en el espacio.
Esto sucede porque, actualmente, la eficiencia que se encuentra en los sistemas es sólo del 5% y, para su uso práctico, es necesario aumentarla al 20%.