El gobierno británico ha ordenado a Apple que permita el acceso sin restricciones a los datos cifrados en la nube. La decisión plantea interrogantes sobre la privacidad, la seguridad digital y el control gubernamental
Según un informe de The Washington Post, el gobierno del Reino Unido ha exigido que Apple cree una puerta trasera (método secreto para eludir los mecanismos normales de autenticación o cifrado) para acceder a todos los datos cifrados almacenados en la nube.
Esta orden, sin precedentes entre las democracias occidentales, podría comprometer la seguridad de cualquier usuario del sistema en todo el mundo. planeta.
¿Qué está pasando en el Reino Unido?
El gobierno británico emitió una “Aviso de capacidad técnica" en virtud de la Ley de Poderes de Investigación de 2016, que ordena a Apple proporcionar acceso sin restricciones a los datos cifrados en la nube.
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A diferencia de las solicitudes anteriores de acceso específico a cuentas sospechosas, este requisito se extiende a todos los usuarios, independientemente de la ubicación o el motivo.
De implementarse, la medida obligaría a Apple a violar su propia política de seguridad y privacidad, uno de los principales pilares de sus servicios.
La empresa podría verse obligada a conceder acceso no sólo al Reino Unido, sino potencialmente a otros países, incluidos regímenes autoritarios.
Las consecuencias para la privacidad y la seguridad
La exigencia británica plantea varias cuestiones sobre la privacidad y la seguridad digital. Las empresas de tecnología han resistido la presión gubernamental para evitar que sus servicios se conviertan en herramientas de vigilancia.
Si Apple cede, sentará un precedente peligroso para que los gobiernos de todo el mundo exijan un acceso similar.
Además, los expertos en seguridad advierten que cualquier vulnerabilidad creada para los gobiernos también podría ser explotada por piratas informáticos y delincuentes.
El cifrado de extremo a extremo es una de las principales defensas contra los ciberataques, y cualquier violación podría comprometer datos confidenciales de miles de millones de usuarios.
La reacción de Apple y la comunidad tecnológica
Apple ha resistido los intentos de los gobiernos de acceder a los datos de sus usuarios. En 2016, la compañía se negó a desbloquear un iPhone utilizado en un ataque terrorista en San Bernardino, argumentando que tal precedente comprometería la seguridad de todos los clientes.
Ahora, ante la orden de la Reino UnidoApple podría optar por retirar su servicio de cifrado de almacenamiento en el país en lugar de comprometer su seguridad global.
Los senadores de Estados Unidos también expresaron su preocupación por la medida británica. El senador Ron Wyden dijo que permitir que los gobiernos extranjeros espíen a los ciudadanos estadounidenses sería “Un desastre para la privacidad y la seguridad nacional".
Otras empresas también están siendo vigiladas. Google, que ha estado cifrando las copias de seguridad de Android de forma predeterminada desde 2018, dijo que “No se puede acceder a datos cifrados, ni siquiera con una orden judicial".
WhatsApp también adopta una postura similar, reforzando que no creará puertas traseras para los gobiernos.
El impacto global y los posibles desarrollos
La decisión del Reino Unido podría tener repercusiones globales. Si Apple cumple con el requisito, otros países podrían realizar solicitudes similares.
China, por ejemplo, podría exigir el mismo nivel de acceso, obligando a Apple a abandonar el cifrado a gran escala o enfrentar sanciones regulatorias.
Por otro lado, si Apple decide retirar sus servicios encriptados del Reino Unido, podría sentar un precedente para contraatacar a los gobiernos que intentan socavar la seguridad digital.
La decisión también podría influir en otras empresas para que refuercen sus prácticas de seguridad en lugar de ceder ante las exigencias del gobierno.
La batalla entre la privacidad y la seguridad nacional está lejos de terminar. Mientras los gobiernos argumentan que necesitan acceso para combatir el crimen y el terrorismo, las empresas y los expertos advierten que cualquier violación debilita la seguridad de todos.
La exigencia británica supone una prueba crítica de los límites de la privacidad digital. El resultado de este caso podría marcar el futuro de la seguridad en línea y sentar precedentes para la relación entre la tecnología y el gobierno en los próximos años.
Con información TWP.