Los arqueólogos están descubriendo canoas excavadas en el Medio Oeste de Estados Unidos que tienen miles de años, lo que revela una conexión histórica con la era de las grandes pirámides egipcias.
Tamara Thompson fue aproximadamente 7 metros de profundidad no Lago Mendota, en Wisconsin, Estados Unidos, cuando vio la punta de una canoa en descomposición, fascinantes arqueólogos estadounidenses. El extraño objeto, tallado en roble blanco, tenía más de 1.200 años.
Este descubrimiento, ocurrido en un día cualquiera de buceo de 2021, abrió la puerta a un tesoro arqueológico que cambiaría la forma en que entendemos el pasado indígena en Estados Unidos. Estados Unidos.
El arqueólogo marítimo no buscaba canoas. Su trabajo generalmente involucra naufragios en los Grandes Lagos, como cargueros del siglo XIX.
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Pero tu conocimiento de las canoas — uno de los tipos de embarcaciones más antiguas del mundo — fue crucial para identificar el hallazgo.
Esta experiencia la adquirió en 2018, cuando se asoció con Sissel Schroeder, arqueóloga de la Universidad de Wisconsin-Madison, en un proyecto de catalogación de las canoas excavadas en el estado americano.
Inicialmente, los investigadores creían que sólo había 11 en las colecciones locales, pero después de un año de investigación, ese número aumentó a 34.
El descubrimiento de Thomsen condujo a la creación del Proyecto de encuesta sobre canoas de Wisconsin, que hasta ahora ha documentado 79 canoas, incluidas dos de las más antiguas del este de América del Norte, que datan de 4.000 y 5.000 años.
Este catálogo es más que un registro arqueológico; Revela hábitos de viaje, comercio y adaptación ambiental de las comunidades indígenas.
Los arqueólogos reafirman la importancia de dejope
La región de Madison, conocida como dejope en el idioma ho-trozo, era una metrópoli indígena antes de la llegada de los europeos. Segundo Bill Quackenbush, oficial de preservación histórica tribal de la nación Ho-Chunk, Dejope era una comunidad interconectada, lejos de la idea equivocada de campamentos temporales.
Tallar canoas era una actividad comunitaria: Los hombres trabajaban en troncos mientras el resto de las familias se reunían para prepararse para la próxima temporada.
El proceso de tallado era complejo, podía llevar meses y era vital para la supervivencia. Las canoas abrieron redes comerciales, permitieron pescar en aguas profundas e hicieron posible viajar a grandes distancias.
Esta conexión con la tierra y el agua es evidente en los sitios de descubrimientos históricos. A sólo 300 metros de la primera canoa encontrada en el lago Mendota, se identificó un grupo de diez canoas a lo largo de una antigua costa sumergida.
Esta región, que alguna vez formó parte de las sabanas de Dejope, ofrece una ventana a los movimientos y cambios de las comunidades indígenas a lo largo de los siglos.
Canoas como hitos históricos
El nuevo enfoque de tratar pequeñas masas de agua urbanas como posibles sitios arqueológicos ha arrojado resultados sorprendentes.
Amy Rosebrough, arqueóloga del estado de Wisconsin, compara el trabajo con iniciativas como las de los mudlarks en el río Támesis en Londres, que buscan artefactos del pasado a lo largo de las orillas.
En Wisconsin, los informes de ciudadanos comunes han llevado a descubrimientos importantes, con muchas canoas en condiciones de conservación impresionantes. Algunos todavía contienen remos, herramientas y otros objetos asociados.
La encuesta ya lo ha confirmado 79 de 112 informes dy avistamientos en el estado, y las búsquedas continúan.
La mayoría de las canoas permanecen en sus sitios de descubrimiento mientras los arqueólogos registran datos detallados. — medidas, peculiaridades estilísticas y registros visuales — utilizando técnicas como la fotogrametría y el lidar.
Estas técnicas, junto con la recogida de muestras para su análisis, ayudan a determinar las edades y procedencia de los vasos.
Revelaciones científicas e históricas.
Los análisis realizados hasta el momento apuntan a una franja de edad comprendida entre 150 y 5.000 años, con longitudes que varían de 2 a 11 metros.
Algunas canoas comparten líneas de tiempo con acontecimientos históricos como la invención del alfabeto fenicio.
Los más antiguos fechados por Thomsen en el lago Mendota tienen 1.200 y 3.000 años, mientras que el más antiguo de la investigación es un ejemplar de olmo que tiene más de 4.500 años.
Además de la datación por carbono, el estudio utiliza métodos como el análisis de isótopos de estroncio y la dendrocronología.
Estos datos ayudan no sólo a determinar la edad de las embarcaciones, sino también a comprender las condiciones climáticas y ecológicas de la época.
Por ejemplo, la transición de los bosques de robles a las sabanas influyó en la elección de los materiales, decantándose los Ho-Chunk por el olmo por su resistencia y rectitud.
El papel de la tecnología y los conocimientos tradicionales
Aunque la sabiduría convencional sugiere que las canoas se fabricaron con maderas blandas, aproximadamente un tercio de los ejemplos analizados son de maderas duras, como el roble y el olmo.
Esta elección refleja el ingenio cultural y el conocimiento ecológico de los pueblos indígenas, que adaptaron sus técnicas a las condiciones locales y a las herramientas disponibles.
A pesar de las diferencias en materiales y épocas, el diseño de las canoas se ha mantenido constante a lo largo de los milenios. Como señala Quackenbush: "Cuando algo funciona, ¿por qué cambiarlo?" Esta simplicidad eficiente es un testimonio de la profunda comprensión que estas personas tenían de sus necesidades y del entorno en el que vivían.
Reconexión con el pasado
Los descubrimientos en el lago Mendota han sido una oportunidad para que el pueblo Ho-Chunk de Madison se reconecte con sus raíces.
En 2022, los miembros de la tribu construyeron una canoa utilizando métodos tradicionales y la navegaron por los cuatro lagos de la ciudad.
En 2024, se talló otra canoa y se la llevó río abajo por el río Mississippi. Estas iniciativas no sólo celebran el pasado, sino que también fortalecen el sentido de identidad comunitaria.
Al mismo tiempo, Quackenbush y su equipo están utilizando tecnología como un radar de penetración terrestre para buscar más artefactos en la región, incluidas fogatas y canoas sumergidas.
Estos esfuerzos de colaboración entre arqueólogos, tribus locales y ciudadanos comunes están ayudando a preservar y compartir la rica historia de Wisconsin.
El trabajo de Thomsen y Schroeder inspiró a otros estados a comenzar sus propios estudios de canoas.
Además, la Sociedad de Arqueología Estadounidense dedicó un simposio a la importancia de estos hallazgos. Como señala Rosebrough, las canoas ofrecen un punto de entrada accesible al pasado. Conectan a las personas con una historia que todavía está viva en los lagos y ríos de hoy.
Las profundidades de estas aguas no son sólo paisajes sumergidos, sino verdaderas bóvedas de tesoros históricos, esperando contar sus historias a las generaciones futuras.
Sí, es cierto, el fondo de los ríos es una auténtica biblioteca acuática; un archivo único Los ríos son en realidad la realidad social y económica del planeta, sus crecidas cosechan producción de vida económica por donde pasan y depositan tesoros a lo largo de los caminos del planeta…
Tengo la costumbre de tamizar grava de río cuando llega a mi casa para hacer reformas. Incluso he encontrado hachas prehistóricas.
Es maravilloso explorar el fondo de los ríos.
Nada loco ni sorprendente para los arqueólogos. Todos sabemos que pueblos asiáticos de origen mongol ya habitaron América del Norte hace más de 20 mil años, llegando allí a través del camino pasivo que se formó en lo que hoy es el Estrecho de Beringer, debido al retroceso de las aguas oceánicas durante la última Edad del Hielo y que estas personas ya estaban lo suficientemente desarrolladas para fabricar utensilios y objetos, ya fabricaban barcos y otros equipos.