Los expertos analizan la dirección de la economía brasileña y los pasos necesarios para superar el estancamiento fiscal y desbloquear el potencial de crecimiento del país.
Brasil atraviesa un momento económico desafiante. Con el gobierno de Lula en su tercer período en el Planalto, temas como el dólar, las tasas de interés y el ajuste fiscal están en el centro del debate. Mientras algunos creen que el país tiene potencial para crecer, otros señalan que, sin resolver el problema fiscal, el escenario seguirá complicado. Durante un reciente evento promovido por Mirae Asset, expertos destacaron los desafíos y posibles caminos para el futuro de Brasil.
¿El problema fiscal? Un nudo para desatar
Según Walter Maciel, CEO de AZ Quest, el mayor desafío de Brasil hoy es el fiscal. “Lula encontró un país que tiene un solo problema: los impuestos. Pero es un problema grave”, afirmó el ejecutivo. Para él, las medidas adoptadas por el actual gobierno, como el aumento del salario mínimo por encima de la inflación y la exención del Impuesto sobre la Renta para quienes ganan hasta R$ 5, no ayudaron a mejorar la situación.
El mercado esperaba que Lula adoptara una postura más moderada, pero, hasta ahora, las decisiones tomadas no han respondido a las expectativas. Para Maciel, se está priorizando el gasto público sin la debida atención al ajuste fiscal, lo que podría mantener a Brasil en un escenario económico de incertidumbre hasta 2026.
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Experto ve un escenario potencial
Pese a las críticas, Maciel cree que Brasil tiene potencial para transformarse en los próximos años. Sostiene que, si el gobierno lograra un ajuste fiscal del 1,5% del PIB, el impacto sería significativo.
“Si esto sucede, el dólar podría caer a R$ 4 o menos, la bolsa podría alcanzar los 200 puntos y el Interés bajar al 8,5%”, explicó. Esta visión optimista refleja el potencial de Brasil para atraer inversiones y fortalecer su economía, pero depende directamente de cambios estructurales y políticos que promuevan la responsabilidad fiscal.
El papel del crédito y lo real
A pesar del escenario desafiante, Maciel destacó que el crédito privado en Brasil, especialmente para empresas con buena salud financiera, sigue siendo resistente. Además, el real ha mostrado un carry interesante en relación con otras monedas, lo que podría atraer inversores extranjeros.
“No creo en romper cosas. Tenemos un crédito privado saludable y el real debería fortalecerse frente a otras monedas”, dijo.
Comparación con Europa y Estados Unidos
Mientras Brasil enfrenta sus propios desafíos, el escenario económico mundial También tiene sus particularidades. En Europa, economías como Francia y Alemania, que siempre han sido motores de crecimiento, están pasando apuros. Según Daniel Celano, de Schroders en Brasil, se espera que el bloque europeo crezca sólo un 1% con una inflación del 2%, mientras enfrenta la competencia de China y una inflación resistente en el sector de servicios.
En Estados Unidos el escenario es diferente. Daniel Popovich, de Franklin Templeton, afirmó que la economía estadounidense se encuentra en una posición más favorable, con una fuerte recomendación de compra. Sin embargo, existen riesgos, como la posibilidad de un aumento del gasto público con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
¿Y Brasil hasta 2026?
En el análisis de Maciel, el escenario económico brasileño no debería cambiar drásticamente en los próximos años, a menos que el gobierno adopte una postura más proactiva. Apuesta a que, con una posible alternancia de poder en 2026, las posibilidades de resolver el problema fiscal pueden aumentar.
“Hoy el gobierno sólo reacciona cuando la situación empeora. A partir de 2026 creo que tendremos mayores posibilidades de encontrar soluciones más concretas para el ajuste fiscal”, afirmó.
¿Cómo entran en juego el dólar y los intereses?
La relación entre el ajuste fiscal, el dólar y las tasas de interés es directa. Sin resolver el problema fiscal, el dólar tiende a permanecer en niveles altos, lo que impacta los precios de las importaciones y presiona la inflación. Las tasas de interés, que actualmente se encuentran en niveles elevados, dificultan el acceso al crédito y frenan el crecimiento económico.
Por otro lado, un ajuste fiscal efectivo podría fortalecer el real, reducir el dólar y abrir espacio para recortes de las tasas de interés. Esto, a su vez, impulsaría el crecimiento y haría que Brasil fuera más atractivo para los inversores extranjeros.
¿Un Brasil con potencial?
El futuro económico de Brasil depende de decisiones estratégicas a corto y mediano plazo. Con un ajuste fiscal sólido, el país tiene el potencial de reducir el dólar, controlar las tasas de interés y crear un ambiente más favorable para el crecimiento.
Por ahora, el gobierno de Lula enfrenta críticas por su falta de enfoque en la responsabilidad fiscal, pero el escenario podría cambiar con un enfoque más estructurado. Hasta entonces, los inversores y expertos permanecen atentos, esperando señales claras de que Brasil está listo para desbloquear su verdadero potencial económico.