Una anomalía radiactiva hallada en el Océano Pacífico ha despertado el interés de la comunidad científica, que busca comprender su origen e impacto en el medio marino.
Un descubrimiento intrigante en el Océano Pacífico llamó la atención de la comunidad científica: una anomalía radiactiva cuyo origen aún se desconoce. El fenómeno fue identificado por investigadores alemanes, quienes encontraron niveles inesperadamente altos de berilio-10, un isótopo radiactivo, en muestras de costras metálicas submarinas.
El descubrimiento en el Océano Pacífico, ocurrido hace entre 9 y 12 millones de años, podría indicar eventos cósmicos o cambios en las corrientes oceánicas.
El estudio, dirigido por el físico Dominik Koll, Yo Centro Helmholtz de Dresde-Rossendorf, reveló que el aumento de berilio-10 no se limita a una sola zona.
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Las muestras fueron recolectadas en el Pacífico Central y Norte, pero hay indicios de que el fenómeno podría ser global. El berilio-10 se forma cuando los rayos cósmicos interactúan con la atmósfera de la Tierra, depositándose en el fondo del mar a través de la precipitación. Su presencia, en niveles tan altos, desafía las explicaciones tradicionales.
HZDR/blrck.de )
Hipótesis sobre el origen de la anomalía en el océano Pacífico
Los científicos trabajan con dos hipótesis principales para explicar el aumento abrupto de este isótopo. El primero sugiere una reorganización importante de las corrientes oceánicas durante el período identificado. Cambios de este tipo pueden influir en la deposición de varios elementos químicos, incluido el berilio-10, concentrándolo en ciertas regiones del fondo oceánico.
La segunda hipótesis explora un origen astrofísico. Los eventos cósmicos, como una supernova cerca de la Tierra o el paso del Sistema Solar a través de una nube de gas interestelar, pueden haber intensificado la actividad de los rayos cósmicos.
El aumento resultante en la deposición de berilio-10 sería entonces una característica de este evento raro y de alto impacto.
Hace 10 millones de años, se encontró casi el doble de berilio-10 de lo previsto, afirmó Koll. El investigador compara este fenómeno con un marcador en una línea de tiempo geológica, sugiriendo que la señal detectada podría convertirse en una referencia útil para datar eventos pasados en la Tierra.
El papel de las costras de ferromanganeso
Las costras de ferromanganeso son verdaderos archivos naturales del pasado geológico del planeta. Crecen lentamente, incorporando metales y elementos radiactivos a lo largo de millones de años. La tasa media de crecimiento de estas costras en el Océano Pacífico Se determinó que era de aproximadamente 1,52 milímetros por millón de años.
Esta característica permite a los investigadores mirar hacia el pasado remoto, utilizando la desintegración del berilio-10 para estimar la edad de las rocas. capas. El isótopo tiene una vida media de 1,4 millones de años y su concentración a diferentes profundidades indica cambios en las condiciones ambientales a lo largo del tiempo.
Estas cortezas pueden registrar hasta 75 millones de años de química oceánica en apenas unos centímetros, según Koll. El aumento identificado, situado aproximadamente a 50 milímetros de profundidad en las muestras analizadas, corresponde a un periodo entre 10,5 y 11,8 millones de años atrás.
Implicaciones para la ciencia
El descubrimiento tiene implicaciones importantes para varias áreas, como la geología, la oceanografía y la astrofísica. Si la anomalía es de origen cósmico, podría proporcionar pistas sobre la interacción de la Tierra con el entorno interplanetario en el pasado. Los eventos de supernova, por ejemplo, habrían influido no sólo en la química del océano, sino potencialmente en el clima y la biodiversidad planetarios.
Por otra parte, una causa relacionada con las corrientes oceánicas indicaría cambios significativos en el sistema climático de la época. Reorganizaciones de este tipo son comunes en las transiciones entre períodos geológicos y pueden tener consecuencias ambientales relevantes.
Pasos siguientes
Para desentrañar el misterio, el equipo planea ampliar el análisis, recolectando muestras de otras regiones oceánicas. La expectativa es verificar si el aumento de berilio-10 ocurrió solo en Océano Pacífico Pacífico o si tiene alcance global. La colaboración con otros grupos de investigación se considera esencial en este proceso.
Sólo nuevas mediciones podrán determinar si la anomalía fue resultado de cambios en las corrientes oceánicas o si tiene causas astrofísicas, según Koll.
El científico enfatiza que comprender este fenómeno puede ayudar a esclarecer los eventos cósmicos que impactaron la Tierra en el pasado remoto.
El estudio fue publicado en la revista científica Nature Communications y reavivó el interés en el análisis de registros geológicos submarinos.