Descubre la increíble historia de valentía de un explorador que se aventuró al Polo Norte a bordo del submarino Nautilus. Descubra qué pasó con este barco legendario y dónde se encuentra casi 100 años después de la histórica expedición.
El submarino Nautilus, una auténtica maravilla tecnológica para su época, fue un icono tanto en el ámbito militar como en el de la ciencia ficción. Su primera aparición se produjo en la famosa novela “Veinte mil leguas de viaje submarino”, de Julio Verne, publicada en 1869, donde el Nautilus era un revolucionario barco submarino. Sin embargo, el Nautilus también tuvo su versión real, construida en el siglo XX, utilizada en misiones pioneras, como la exploración del Polo Norte. En este artículo, exploraremos el fascinante viaje del submarino Nautilus, desde sus atrevidas misiones bajo el hielo del Ártico hasta su destino final casi 100 años después.
Descubre la historia del submarino Nautilus
El Polo Norte está ubicado sobre un trozo de hielo gigante que flota sobre las aguas del Océano Ártico, y durante mucho tiempo se pensó que era imposible llegar al lugar.
Al principio, la gente intentó llegar al Polo Norte para intentar abrir una ruta marítima ventajosa, pero a principios del siglo XX, llegar allí fue una competencia entre valientes retadores.
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En 1909, cuando Robert Peary anunció que había llegado al Polo Norte, se creyó que la disputa finalmente había terminado. Sin embargo, muchos expertos creen que el equipo de Peary en realidad no llegó al lugar. En cualquier caso, incluso después de la exploración de Peary, el Polo Norte siguió atrayendo a exploradores. Uno de estos exploradores fue el australiano George Hubert Wilkins.
Para viajar al Polo Norte, el australiano eligió el retirado submarino estadounidense USS O-12, más tarde apodado Submarino Nautilus. Este fue prestado por el gobierno americano por sólo 1 dólar al año. El alquiler era barato, sin embargo, para modificar el submarino se gastaron alrededor de 25 mil dólares, lo que era una fortuna en la época.
Se repararon los antiguos equipos y se instalaron los equipos necesarios para poder navegar bajo el hielo del Polo Norte y la proa del El submarino fue reforzado con hormigón y acero.. Como el Submarino Nautilus necesitaba navegar bajo el hielo, muy diferente a un lugar normal, se colocaron luces en el frente que fueron reforzadas con vidrio.
¿Cómo fue el viaje y qué pasó con el submarino Nautilus?
El organizador ya era consciente de que esta expedición no sería fácil, pero no tenía idea de las dificultades que estaba a punto de afrontar en el Polo Norte. En 1931, el submarino Nautilus abandonó la costa este americana rumbo a Europa, más concretamente a la ciudad de Bergen en Noruega.
En ese momento ya llevaba 2 meses de retraso respecto a la fecha inicialmente prevista, sin embargo, mientras cruzaba el Océano Atlántico, el submarino quedó atrapado en una fuerte tormenta, lo que provocó que sus 2 motores diésel resultaran dañados.
El equipo de expedición emitió la señal de SOS y fue rescatado por el buque de guerra “Wyoming”. El submarino fue llevado a Inglaterra y tardó prácticamente un mes entero en volver a ser reparado.
El 1 de agosto de 1931, el submarino Nautilus finalmente llegó a Noruega y allí se encontró con Harald Sverdrup, que actuaba como asesor del equipo de expedición, y con él se dirigieron a la isla de Spitsbergen.
¿Qué pasó con el submarino Nautilus?
Comenzó la parte más difícil del viaje, ya que la región marítima estaba llena de frío y peligro. El equipo de expedición tomó medidas relacionadas con la meteorología y la oceanografía, recogió muestras de plancton y agua, pero al mismo tiempo lucharon con los problemas que surgieron. Como el agua goteaba del casco del submarino y el motor diésel volvió a fallar, tuvieron que detenerse y realizar reparaciones.
Unos días más tarde, la tripulación encontró hielo a la deriva y comenzó a preparar el submarino para sumergirse. Este era el momento de tensión, ya que se jugaba su reputación para demostrar que era posible navegar bajo el hielo.
Durante la inmersión se produjeron varias averías y el submarino no pudo continuar la expedición y regresó a puerto muy dañado. Tras el contrato, el submarino fue llevado a una zona profunda del océano y hundido.